lunes, 1 de octubre de 2012

Judeidad de un filosemita como Borges



 01-10-12 | LITERATURA

Judeidad de un filosemita 

como Borges su primer

encuentro con Israel 

en poesía




No sólo las ideas concebidas en el judaísmo interesan a Borges, sino también la circunstancia del hombre judío de carne y hueso, las formas de asunción de su pertenencia, es decir: la judeidad. 

El conocimiento de lo judaico por Borges, y su cariño por esta cultura, le permiten crear una galería de personajes judíos de los que, usando la libertad que le otorga ser un filo-semita, frecuentemente se explaya en la judeidad.



Así intercala sin pudor estereotipos muy negativos del judío a fin de 
enriquecer el logro literario. Vamos a ese primer encuentro con Israel.


Shylock  (prestamista)



Un hombre encarcelado y hechizado,
un hombre condenado a ser la serpiente
que guarda un oro infame,
un hombre condenado a ser Shylock
un hombre que se inclina sobre la tierra
y que sabe que estuvo en el Paraíso,
un hombre viejo y ciego que ha de romper
las columnas del templo,
un rostro condenado a ser una máscara,
un hombre que a pesar de los nombres
es Spinoza y el Baal Shem y los cabalistas,
un hombre que es el Libro,
una boca que alaba desde el abismo
la justicia del firmamento,
un procurador o un dentista
que dialogó con Dios en una montaña,
un hombre condenado a ser el escarnio,
la abominación, el judío,
un hombre lapidado, incendiado
y ahogado en cámaras letales,
un hombre que se obstina en ser inmortal
y que ahora ha vuelto a su batalla,
a la violenta luz de la victoria,
hermoso como un león al mediodía


de 1967 Jorge Luis Borges en su poema  Israel.


Baal Shem




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