09-05-11 | POLÍTICA
México: la marcha
por la paz
llamo a
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las elecciones
La movilización en silencio contra la violencia arrancó el jueves a unos 75 kilómetros de la capital, en la turística ciudad de Cuernavaca, en Morelos, ahora sacudida por la violencia del narcotráfico, y donde en marzo fue asesinado por presuntos sicarios el hijo de Sicilia. A lo largo del recorrido, entre 85 mil y 150 mil personas, según estimaciones oficiales, se sumaron a la protesta. Finalmente, este domingo, más de 20 mil manifestantes llegaron al Zócalo, la plaza más importante del país, donde el poeta realizó un discurso.
Sicilia arremetió contra los partidos políticos, a los que consideró corresponsables de la violencia. Y rodeado de familiares de víctimas del narcotráfico, sentenció: "No aceptaremos ni una elección más si antes los partidos políticos no logran depurar sus filas a los que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen para que los mexicanos no tengamos que decidir por cuál cartel o por cuál poder fáctico vamos a votar".
Además, el escritor demandó la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y cuestionó al presidente Felipe Calderón por ordenar el despliegue de más de 50 mil militares en distintos puntos del país para combatir al narcotráfico, lo que, dijo, ha añadido "más confusión" al escenario de violencia. "Que nos expliquen el porqué de esta guerra absurda que nos ha costado más de 40.000 víctimas y millones de mexicanos abandonados al riesgo y la incertidumbre", reclamó.
Vestidos en su mayoría de blanco, los manifestantes enarbolaron pancartas con leyendas como "Ni un muerto más", "Basta ya" y "No más sangre"
Unas 38 mil personas han muerto en todo el país desde que el presidente Calderón desplegó miles de soldados y policías federales a finales del 2006 para intensificar la batalla contra los cárteles de la droga. Un número sin precedentes de capos han sido capturados o asesinados, lo que genera una fragmentación de los cárteles y una feroz lucha intestina por controlar el territorio. Además, la muerte de muchos inocentes atrapados en el fuego cruzado de los enfrentamientos entre los cárteles o confundidos por las fuerzas de seguridad ha levantado duros cuestionamientos a la estrategia del Gobierno.
Entre los que marchaban había familiares de Marisela Escobedo, una mujer asesinada en el norteño estado de Chihuahua mientras protestaba frente a las oficinas gubernamentales con el fin de exigir justicia para su hija asesinada, un caso que provocó un escándalo nacional. Entre ellos estuvo Olga Reyes, quien leyó el denominado "pacto nacional contra la violencia", promovido por Sicilia y distintas organizaciones civiles y que se firmará en junio próximo en Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México.
El pacto demanda a Calderón poner fin a "la estrategia de guerra y el enfoque militarista de la seguridad publica y asumir una estrategia ciudadana con visión de derechos humanos y sin intervención del Ejército en labores policiales".
Visiblemente emocionada, Reyes leyó una interminable lista de víctimas de la violencia, que incluyó al hijo de Sicilia y a sus seis acompañantes. Tras cada nombre, la multitud respondía "¡no debió morir!".
El hijo de Sicilia
Algunos manifestantes tenían camisetas que decían "Todos somos Juan", el joven asesinado el 28 de marzo junto con otras seis personas.
Tres presuntos miembros de grupos narcotraficantes han sido detenidos por el asesinato de Sicilia. Uno de ellos, Rodrigo Elizalde Mora, al parecer pertenecía al grupo encabezado por Héctor Beltrán Leyva, ahora conocido como el cártel del Pacífico Sur.
Las autoridades dicen que Elizalde mató a Sicilia y los demás por una discusión en un bar. Sin embargo, la familia del joven ha puesto en duda esa afirmación, pues dice que nunca se produjo la trifulca.
Elizalde, quien estaba con moretones cuando la policía lo presentó a los medios de comunicación, dijo que cuatro hombres armados lo secuestraron y lo entregaron a las autoridades.
Repuesta oficial
Las autoridades expresaron su "respeto" por la marcha, pero matizaron que el empleo de fuerzas de seguridad federales es indispensable "ante la falta de capacidades de diversas corporaciones policiales estatales y municipales para enfrentar con eficiencia a la delincuencia". Y añadieron: "En las localidades con alta incidencia delictiva, las poblaciones que ahí habitan se encontrarían sujetas a la voluntad de los criminales y sería imposible comenzar a reconstruir el tejido social que ha sido dañado", añadió la nota.
"Los efectivos militares, navales y de la Policía Federal no generan violencia", afirmó la Secretaría de Gobernación en un comunicado. Y ante los reclamos de los manifestantes, replicó que el oficialismo "ha dispuesto de todos los medios a su alcance para fortalecer el tejido social", entre ellos diversos programas de ayuda a la salud, la educación y la calidad de vida.
Jefe narco a los 22 años
Horas antes de que los manifestantes llegaran a la Ciudad de México, la policía federal anunció la captura de un presunto jefe del narcotráfico en Morelos. José Zarco Cárdenas, de 22 años, dirigía desde hace poco las operaciones en ese estado sureño de un grupo delictivo que se separó del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, informó el domingo la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) en un comunicado.
La SSP dijo que Zarco tenía 17 años cuando se unió a los Beltrán Leyva, donde trabajó a las órdenes de Edgar La Barbie Valdez Villareal, un capo nacido en Estados Unidos y capturado en agosto de 2010.
Zarco era el encargado de sobornar a la policía municipal en Acapulco, según el comunicado.
Valdez Villareal supuestamente comenzó su propio cártel después de la muerte de Arturo Beltrán Leyva. Las autoridades dicen que su facción todavía lucha contra el grupo encabezado por Héctor Beltrán Leyva, el único hermano al que no han capturado o asesinado.
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