EL TÚNEL
Roberto Hernández y el CIDE presentan un documental que expone el sistema de los MP en México y los niveles de corrupción desde un sistema que premia por la captura de personas sean o no culpables y si estas son llevadas a un reclusorio. Un túnel que separa a los juzgados de la cárcel y por dónde pasan todos los expedientes y los que presentan un juicio para probar su inocencia en reclusión.
"Los delincuentes que se dedican al robo ya tiene su velita prendida ante la justicia los que caen aún reclusorio son aquellos que no tienen dinero"
Capitulo 1 versión para SmartPhones
http://youtu.be/KN1X66xj9P4
99% de los delitos en México quedan impunes
Fuente CIDE en una encuesta realizada en la Ciudad de México, Estado de México y Morelos
Capitulo 2 versión para SmartPhones
http://youtu.be/y4bjkCZ0ZOs
33% de los detenidos es abusado por la Policia Judicial
Fuente CIDE en una encuesta realizada en la Ciudad de México, Estado de México y Morelos
Capitulo 3 versión para SmartPhones
http://youtu.be/-vWyLNh6KGI
Los esfuerzos se concentran en la creación de un expediente y no en la impartición de justicia.
(Bill Schwob photo) |
Cuando ambos abogados se conocieron hace siete año, Negrete estaba haciendo investigación para una prestigiosa institución de investigación de México (CIDE), y Hernández para una organización de los EE.UU. que apoyaba la reforma judicial. Su labor en ambas organizaciones, les ofreció acceso al sistema judicial — a los que la población en general no tiene oportunidad de acceder — y comenzaron a comparar notas acerca de los momentos extraños de los que fueron testigos.
De esta manera, se enteraron que aproximadamente el 90 por ciento de la condena penal en México depende en una montaña de políticas y procedimientos que favorecen la acusación. Negrete señala que incluso la arquitectura del sistema judicial, favorece a un veredicto de culpabilidad. Los tribunales penales están físicamente adjuntos a las cárceles. Cuando llega la hora de ir a juicio (después de aproximadamente tres meses en prisión preventiva dicen), el demandado cruza de un túnel subterráneo a una pequeña habitación separada de la sala del tribunal por barras. Es a partir de este momento, cuando la persona demandada, vestida en su uniforme carcelario, es juzgado a veces durante seis o siete horas ininterrumpidas, sin silla y sin acceso a un cuarto de baño, junto con el hedor dejado por sus antecesores que han tenido que aliviar sus necesidades en el mismo sitio.
A menudo, un fiscal trabaja en el tribunal y litiga todos y cada uno de los casos que llegan. En el proceso, el fiscal desarrolla una estrecha relación con el defensor público y con el juez. En una ocasión, los investigadores fueron invitados a celebrar el cumpleaños del fiscal, y todos los asistentes, incluido el juez, se reunieron alrededor de la torta para cantar. "No, ¡Esto no puede ser posible!" Negrete recuerda cómo ella vio al acusado a través de la mira, desde un "pequeño agujero" al fondo de la habitación.
Mientras tanto, las investigaciónes cuantitativas de los dos abogados, arrojaron cifras tales como: a partir de una muestra aleatoria de 1,500 acusados, aproximadamente el 80 por ciento dijo que nunca había visto a un juez; el 60 por ciento dijo que no había podido escuchar o entender la totalidad o la mayor parte de su propio juicio.
"Estabamos orgullosos de nuestros números," recuerda Negrete, porque la calidad de los datos fue un caso fuerte para la reforma judicial. O así lo creyeron. Sin embargo la gente en el poder permaneció impasible. Fue entonces que para Negrete y Hernández, llegó el momento de tomar otro camino. "Vendimos nuestro coche y compramos una cámara," recuerda Negrete. "Decidimos hacer una película." Ellos comenzaron a visitar las cárceles mexicanas recolectando "pequeñas anécdotas que respaldaran nuestras estadísticas."
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