14-05-11 | SOCIEDAD
Documental
insinúa
responsabilidad
de la corona
en la muerte de Lady Di
Coproducido por el multimillonario egipcio Mohamed al Fayed, padre del novio de la princesa fallecido en el mismo accidente, el film lleva un título más que sugestivo: Unlawful killing que se traduce por Ejecución ilegal
La película fue presentada este viernes en el Festival de Cannes, pero fuera de concurso. Dirigido por Keith Allen, muestra el juicio que tuvo lugar en Londres tras la muerte en circunstancias dudosas de Diana Spencer, ex esposa de Carlos, heredero al trono británico, y de Dodi Al Fayed.
La tesis del documental gira en torno a la motivación de la monarquía para conspirar en la muerte de la princesa y deja mal parada a la figura del esposo de la reina de Inglaterra,Felipe de Edimburgo.
"No espero que disfruten el filme", dijo Allen en el estreno del documental, que también señala a la prensa del Reino Unido, y en particular a la BBC, por negligencia profesional en la cobertura del proceso judicial.
Según Allen, además, los medios británicos optaron por culpar a los paparazzi que seguían el vehículo en el que viajaba Lady Di con su novio, un chofer y un custodio cuando éste se estrelló contra las columnas del túnel del Alma, que bordea el Sena, frente a la Torre Eiffel de París.
Una fotografía en blanco y negro, hasta ahora inédita, es mostrada fugazmente en la película. En ella se ve la cabeza de Lady Di en el asiento trasero del vehículo, accidentado el 31 de agosto de 1997.
El documental es promocionado como "la historia verdadera de la muerte violenta de la princesa Diana y Dodi Al Fayed y el posterior ocultamiento por parte del establishment británico, que culminó (tras diez años de retraso) en una investigación en los tribunales Reales de justicia de Londres".
Sin embargo, aclara Allen, la película no se refiere a “una conspiración antes del accidente, pero sí a una probable ocultación después del accidente".
En el documental, que insumió tres años de trabajo y dura una hora y mnedia, también se alude a presuntos intereses de la industria armamentística en el posible ocultamiento de datos sobre la muerte de Diana, quien se había comprometido en los meses previos a su muerte en la campaña mundial contra las minas antipersonales.