Isabel Miranda de Wallace, cuando el
pasado no se puede ocultar...
Por Jorge Carrasco Araizaga
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Interlocutora del gobierno federal en
materia de seguridad, Premio Nacional de Derechos Humanos por obra y
gracia del presidente de la República, mujer de las confianzas del
propio Felipe Calderón y de su secretario de Seguridad Pública, la
candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal, Isabel Miranda de
Wahlace, arrastra un pasado que no la condena pero la marca: sus
antecedentes policiacos y judiciales en la ciudad a la que pretende
gobernar.
En 1998 fue indiciada en una causa penal como probable
responsable de los delitos de resistencia de particulares y homicidio en
grado de tentativa.
Aunque fue exonerada, una resolución de
segunda instancia del Tribunal Superior de Justicia en el Distrito
Federal (TSJDF) la responsabilizó de causar daños al Gobierno del
Distrito Federal (GDF) cuando se enfrentó a personal de la delegación
Tlalpan para impedir el retiro de tres anuncios que la empresa de la que
proviene su riqueza económica, Showcase Publicidad, colocó en una zona
de riesgo.
El
21 de julio de 1998 el juez Duodécimo Penal del DF ordenó su formal
prisión o preventiva como probable responsable del delito de resistencia
a particulares, pero la liberó del homicidio doloso, en grado de
tentativa.
De acuerdo con el expediente del caso, la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal la había consignado ante la
justicia como probable responsable de ambos delitos porque el 16 de Xnjulio de 1998, al mando de una veintena de personas, se enfrentó a
personal de la delegación Tlalpan para impedir el retiro de anuncios
colocados en Periférico Sur.
Ese mismo día fue remitida al
Ministerio Público y cinco días después el juez ordenó “identificar a la
procesada María Isabel Miranda de Wallace por los sistemas
administrativos adoptados en vigor”, recabar sus ingresos anteriores y
hacerle un estudio de personalidad.
Miranda no tenía la notkriedad
de ahora cuando quedó registrada en los archivos policiales de la
Ciudad de México. Siete años después, de la mano gubernamental,
capitalizó un proceso que inició con la denuncia sobre la desaparición
de su hijo, Hugo Alberto Wallace, el 11 de julio de 2005.
El
alegado secuestro y asesinato de su hijo, que aún se juzga en
tribunales, la perfiló como personaje de “la sociedad civil” después de
que en unas cuantas horas, “sin ayuda de la policía”, identificó a los
supuestos responsables. Sin embargo, en un reportaje publicado en la
edición 1842 de Proceso, las madres, hermanos y otros parientes de las
personas encarceladas acusaron a la señora Wallace de haber incurrido en
ilegalidades graves, entre éstas “actos de portura” contra los
presuntos secuestradores y asesinos de su hijo, para que se inculparan;
ella, afirmaron, está utilizando el poder que le da su “amistad” con el
presidente Felipe Calderón y con el ahora exprocurador capitalino Miguel
Mancera…
Con el despliegue de espectaculares precisamente colocados por su
empresa Showcase Publicidad, que creó en 1994 junto con Hugo Alberto,
Miranda de Wallace lanzó una cacería contra sus acusados, acompañada de
una intensa campaña mediática. Defensora de las políticas de seguridad
del gobierno de Felipe Calderón y de su secretario de Seguridad Pública,
Genaro García Luna, se convirtió en la activista del sexenio para lo
cual creó la asociación de membrete Alto al Secuestro.
Con ese
aval acudió a las reuniones del Consejo Nacional de Seguridad Pública,
en el que sólo participan el presidente y los gobernadores, a quienes
reclama y emplaza. A solicitud de Calderón, según se lee en la página de
Alto al Secuestro, promovió la ley antisecuestro aprobada en 2009 y al
siguiente año el propio presidente le dio el Premio Nacional de Derechos
Humanos.
En octubre de 2011 logró imponer su presencia en el
segundo diálogo de Calderón con el Movimiento por la Paz con Justicia y
Dignidad, que encabeza Javier Sicilia, y en el Castillo de Chapultepec
reivindicó la estrategia del presidente ante la “debilidad” de los
gobiernos estatales. Calderón también la incorporó “como representante
de la sociedad civil” a la junta de gobierno de Províctima, el
desfondado organismo creado para “responder” al movimiento pacificador
ciudadano.
Su más reciente batalla la emprendió para evitar la
liberación de la ciudadana francesa Florence Cassez, acusada por García
Luna de secuestro detenida por policías federales en un operativo que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ya calificó como violatorio de
la Constitución. En vísperas de ese fallo, Miranda presionó a los
ministros encargados de la resolución y desde las escalinatas de la
Corte, ya como aspirante del PAN a gobernar el DF, volvió a apoyar a
Calderón y a García Luna.
De todas formas se defiende: “No, yo no
soy la candidata del presidente, yo soy candidata independiente,
ciudadana”, tuvo que aclarar ante la prensa el pasado 3 de febrero,
cuando asistió al informe del titular de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos, ante la percepción de que su candidatura está huérfana
del respaldo del liderazgo local del PAN.
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de
Wallace luchaba por zafarse ella misma de las graves acusaciones penales
por el altercado con personal de la delegación Tlalpan. Showcase
Publicidad había colocado tres espectaculares en un terreno ubicado
entre los números oficiales 3395 y 4121 de Periférico Sur, entre
Televisión Azteca y una sucursal del entonces Citibank, en la colonia
Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras
empresas, estaba en una zona catalogada como riesgosa porque pasan
ductos de Pemex y hay torres con cables de alta tensión. El entonces
delegado de Tlalpan, Salvador Martínez Della Roca, abrió tres
procedimientos administrativos contra la empresa y el 15 de julio de
1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98, en la que le dio un plazo de
24 horas a Isabel Miranda para que retirara sus anuncios. La apercibió
de que, en caso contrario, la delegación los quitaría.
El
encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia
contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado, quien la
acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF, resistencia de
particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en grado de
tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que
el día de las maniobras había unas 80 personas de la delegación porque
además de los anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la
empresa Vender, “cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó
con personal y camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de unas 25
personas de ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se ostentó como
dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les
ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los trabajadores de la
delegación subirse al poste por las escaleras del tubular portable”,
propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de Wallace ocuparon la
parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que el cabrón que se
subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La
confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces el
subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a
funcionar la pluma de la grúa, en la parte superior de la estructura ya
estaban tres empleados de la subdelegación de Obras y Desarrollo
Urbano. “Se habían subido por las escaleras que tiene el tubo (que
sostenía el espectacular) para quitar los paneles del anuncio y
engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas,
cuando estaba en la parte delantera y del lado derecho de la grúa,
Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de Wallace –acompañada de
un hombre como de 30 años– se acercó a las mangueras del sistema
hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel
Miranda empezó a cortar una de las mangueras con un cúter que tenía en
la mano derecha “y acto seguido le pasa el cúter al joven que ha
acompaña, el cual también con la mano derecha corta otras mangueras”, de
cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante
Cervantes le reclamaron al acompañante de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”,
contestó éste, quien según el propio Patiño “al parecer” era el hijo de
la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico
Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó a desestabilizar, “el
sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas, tipo Celebrity (sic), de
color gris, sin placas de circulación, mismo que previamente había
metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven, como de 25 años de
edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de acceso al predio”.
El
propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al
mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda de
Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
“Hasta
el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas sólo se
cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”, mientras
que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además, ninguno de los
tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza alguna”, por lo que
no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención de privarlos de la
vida* “No obstante –estableció la resolución– la encausada cortó una de
las mangueras… con la intención de impedir que el personal del GDF
retirara sus anuncios”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al
mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda de
Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo
con el reporte policial, el coche era un Cuttlas gris, con placas de
circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos los
empleados de la delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó
la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a su chofer,
José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro Vera
Mondragón (quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas) y
Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche. El
escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las cuales
Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la comisión
de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF,
declaró ante el Ministerio Público que en las discusiones sobresalía una
mujer a la que le gritaban “Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes
de las cuatro y media de la tarde unos empleados de Showcase se
subieron al anuncio, mientras que otros, equipados con tanques y
sopletes, ocuparon las escaleras del tubo. Así, y con un tanque de gas
en la superficie, impedían que se desmontara el anuncio.
Morante
Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las seis de la
tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que personal de
su empresa retirarían las “artes” y la delegación las estructuras
superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la delegación, el
operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su primer nivel.
Pero
en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda, que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto
“procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose de que yo lo
había visto y diciendo esto a los suyos. E inmediatamente dicha señora
se retiró, iniciándose una discusión con el sujeto joven… En ese
momento, la grúa se tambaleó y se movía hacia atrás sin control, apoyada
sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su
equipo que registrara al sujeto “para localizarle el objeto cortante
entre sus ropas”. El señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez
de detenerlo corrían a cerrar las puertas para que no se escapara en su
coche, que previamente había metido al terreno”. El testigo identificó
el vehículo como un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó
por Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También
testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez, quien
aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se acercó a
un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter cortó el
lazo que sostenía el anujcio, “provocando inseguridad en la gente que
estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel
Miranda atravesaron coches frente a la grúa para que no se acercara al
espectacular. El subdelegado la acusó de amenazar a los trabajadores a
su cargo. Les dijo que “si se subían a su anuncio, ella ordenaría a la
gente que la acompañaba a que los lanzaran al vacío”.
Con las
horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad para que
no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían avanzado,
por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de 50
toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando
la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡Cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto
gerente de construcción que hubiera puesto en peligro la vida de los
trabajadores, por lo que pidió la presencia del Ministerio Público.
Coincidió en el relato sobre la huida del “sujeto joven” (quien le
aventó el vehículo) y la retención de Isabel Miranda.
El operador
de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo hacerla funcionar
hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a engarzar el anuncio
panorámico con el gancho de la pluma notó que había una fuga en las
mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la grúa se
tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban en el
lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier
Ulises Camacho Torres, los trabajadores de la delegación que se habían
subido al anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera
en que Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el
peligro en que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia
precisó que desde una altura de 35 metros vio que la pluma se acercaba
al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la segunda extensión ya no
salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio. “Si la grúa hubiera
estado en su última fase, se habría volteado y se hubiera caído el
anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando
la grúa levantó la pluma él y sus compañeros se dieron cuenta de la
confusión de abajo, que la gente corría de un lado a otro y optaron por
bajar porque no tenían cinturones de seguridad.
Los peritajes
confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su declaración ministerial
Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra era “totalmente falso”.
Que al contrario, ella estuvo dispuesta al retiro de los anuncios a
pesar de tener permiso para montarlos, pero los funcionarios de la
delegación, “prepotentes y groseros”, nunca quisieron identificarse ni
mostrar la resolución contra su empresa. Más aún, los acusó de agresión y
de haber generado peligro con un tanque de soldadura autógena.
“Al
darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lugar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “Vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró
que por una persona que no identificó se enteró del problema con la
grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la delegación.
Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual) desconozco
porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó
su prisión preventiva por el delito de resistencia de particulares. Fue
fichada por ello en el Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito
Federal. Quedó exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de
tentativa. Su abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de
octubre de 1998 la Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer
delito. Según los magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
Isabel Miranda en entrevista con:
Desminitió en entrevista con Carmen Aristegui la información publicada en la revista Proceso. Aseguró que es totalmente falso que haya sido fichada y recluida. Link a la entrevista de 10 de abril de 2012
Wallace, no tiene antecedentes penales, aclara la PGJDF
La dependencia llegó a esta conclusión después de una exhaustiva investigación en las bases de datos y registros con que cuenta
Martés 10 de abril de 2012
Jaime Contreras y NotimexNotas relacionadas
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de abril.- La
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) dio a
conocer que Isabel Miranda de Wallace o María Isabel Miranda Torres de
Wallace no tiene antecedentes penales, con base en la información
registral an los sistemas institucionales.
En un comunicado, precisó que llegó a esta conclusión después de una
exhaustiva investigación en las bases de datos y registros con que
cuenta la institución.
“Con base en la información publicada en diversos medios de
comunicación y después de una exhaustiva investigación en las bases de
datos y registros con que cuenta esta institución, la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal informa que la ciudadana Isabel
Miranda de Wallace o María Isabel Miranda Torres de Wallace no cuenta
con antecedentes penales, según información registral en los sistemas
institucionales”, cita el texto.
Wallace si estará en las boletas
Miranda de Wallace fue absuelta de los cargos que le imputaron en
1998 y por lo mismo " no está fichada y no ha sido condenada en ningún
juicio". Lo que es preocupante es porque surgen este tipo de "ataques y
circunstancias", en estos momentos contra la abanderada del PAN hacia el
gobierno capitalino que sí puede y figurara en la boleta respectiva el 1
de julio entrante.
Carlos Alberto Pérez Cuevas, vicecoordinador de la campaña de
Josefina Vázquez Mota y segundo a bordo de la banca panista en San
Lázaro, estipuló lo anterior y sostuvo que en el caso de la señora
Wallace su asunto "está resuelto".
Pareciera que "las mujeres siguen generándole temor a los candidatos"
y son las que más escarnio sufren frente a los varones. “Hay otros que
tienen pruebas más contundentes en otros sentidos, y nadie ha dicho nada
de ellos".
Proceso tendría más artículos en mi contra: Miranda. En La Chuleta
10 de Abril, 2012
La candidata del Partido Acción Nacional
(PAN) a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal se preguntó "qué
intereses oscuros obedece Proceso".
En entrevista para "La Chuleta" esta tarde, la candidata del
Partido Acción Nacional (PAN) a la Jefatura de Gobierno del Distrito
Federal, Isabel Miranda de Wallace, se preguntó "qué intereses oscuros
obedece Proceso".
Sostuvo que durante los 6 años que fue activista nunca se tocó el tema, hasta ahora que contiende por una candidatura del Partido Acción Nacional (PAN).
"Creo que es muy poco ético Proceso, se dedica solamente a estar golpeté y golpeté a los panistas y la gente que esté ligada. Sobre todo yo estoy muy molesta porque está lastimando mi honra, mi dignidad y estoy siendo víctima de calumnias", enfatizó.
Dijo saber que la revista tiene más artículos en su contra pero refirió "no me voy a estar desgastando, mi agenda la voy a fijar yo, no Proceso, pero sí era momento de salir y aclarar esto porque la gente que no me conoce hubiera pensado que yo efectivamente soy una delincuente cuando no lo soy".
Lo anterior, luego de que la revista publicara una fotografía en la que se encontraría Miranda de Wallace durante un proceso de fichaje para ser ingresada a un centro penitenciario, luego de una detención en 1998.
Momentos después, en el espacio de José Cárdenas, la candidata panista consideró que el PRD no está involucrado en estos hechos porque ya ha salido dignamente a decir que es una mentira, pero dijo probablemente el PRI "quiso echarnos a pelear al PAN y al PRD y el salir librado".
Finalmente, señaló que en México debemos de aprender a hacer política de una manera más digna y de propuesta, no a base de golpes bajos y de enlodar a las personas.
"Me da mucha tristeza que en México, en lugar de estar enfocados en cosas positivas, estemos enfocados haciendo tonterías que no nos llevan a ningún lado. A mí me gustaría que estuviéramos hablando de la pobreza que hay en esta ciudad del problema del agua que tenemos en Iztapalapa, del problema de movilidad, de educación, la falta de empleo, esos son los temas de los que deberíamos estar hablando", enfatizó.
igq
Escuchar
Wallace la candidata de la mentira
MÉXICO, D.F. (apro).- Muy pronto se derrumbó la candidatura de Isabel Miranda de Wallace con la que el Partido Acción Nacional (PAN) pretendía no hacer el ridículo en el Distrito Federal.
La razón no es compleja: La aspirante a gobernar a millones de capitalinos ocultó y luego, descubierta, pretendió victimizarse por sus antecedentes policiales.
Ella que, junto con el gobierno de Felipe Calderón, ha querido levantarse como emblema de la valentía contra la delincuencia, el abuso de poder, la mentira y los privilegios.
Pero no sólo ocultó un pasado que los ciudadanos del Distrito Federal y del país tienen derecho a saber, sobre todo de quien eso exige de las autoridades, sino que mintió y ha seguido mintiendo a partir de que el semanario “Proceso” desveló sus antecedentes y su consentimiento en la tortura contra quienes ella identifica como los asesinos de su hijo, el mismo que la auxilió en la comisión de los delitos por la que fue consignada ante un juez y del que tantas versiones corren sobre su condición real.
El domingo mismo que el semanario publicó su ficha signaléctica, cuando se registró como candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal con la presencia de Josefina Vázquez Mota y Diego Fernández de Cevallos –emblema de la política mafiosa–, Isabel Miranda Torres de Wallace aseguró ser víctima de una “guerra sucia”.
Ese disparate lo adujo también el presidente del PAN, Gustavo Madero, a quien panistas capitalinos le habían advertido del talante falaz de la mujer que fue impulsada por Felipe Calderón, pero el silencio que ha guardado después es el reconocimiento de que se equivocó por doble vía: No haber apostado por una candidatura honrada y consolidarse como una fuerza marginal en la capital.
Y eso que Madero ordenó dispensarle a esa mujer lo que es obligación estatutaria y reglamentaria para todos los precandidatos y candidatos del PAN –los compromisos doctrinarios que deben firmar–, como anuló la contienda interna que había prometido.
Si alguna duda pudo haber sembrado Miranda con su campaña de “plumas amigas” que imploró a directivos de medios de comunicación, donde es vista ya con recelo, lo publicado por “Proceso” en la edición que está en circulación la diluye por completo, porque existe vasta constancia de que fue capturada, consignada y presa en el Reclusorio Norte.
¿Fue absuelta de los delitos que se le imputaron? Sí. ¿Tiene antecedentes penales? No. Estas dos respuestas quedaron perfectamente claras en el reportaje que ofuscó a Miranda de Wallace, quien podrá gozar de connivencia con Calderón y Genaro García Luna, que políticamente están muertos, pero jamás tendrá la confianza de la ciudadanía que quiso –y quiere— engañar.
¿De qué se puede acusar al semanario “Proceso” y al reportero Jorge Carrasco? Sólo de cumplir con su deber profesional…
Apuntes
Otra figura que fue venerada por el PAN y por sus simpatizantes, Vicente Fox, está también derrumbándose, aunque ya lo había hecho para millones de mexicanos. “Traidor” es la definición que se le da entre la militancia, pero que sólo un expanista se ha atrevido: Rogelio Sada Zambrano, emblema del panismo norteño y del empresariado rebelde. Y apenas hoy lunes, en Colima, la candidata Josefina Vázquez Mota lo expulsó del elenco de próceres que sacaron al PRI de Los Pinos. Fue Manuel Clouthier, no Fox, afirmó, veladamente. Se atisba venganza…
Comentarios: delgado@procesk.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
Sostuvo que durante los 6 años que fue activista nunca se tocó el tema, hasta ahora que contiende por una candidatura del Partido Acción Nacional (PAN).
"Creo que es muy poco ético Proceso, se dedica solamente a estar golpeté y golpeté a los panistas y la gente que esté ligada. Sobre todo yo estoy muy molesta porque está lastimando mi honra, mi dignidad y estoy siendo víctima de calumnias", enfatizó.
Dijo saber que la revista tiene más artículos en su contra pero refirió "no me voy a estar desgastando, mi agenda la voy a fijar yo, no Proceso, pero sí era momento de salir y aclarar esto porque la gente que no me conoce hubiera pensado que yo efectivamente soy una delincuente cuando no lo soy".
Lo anterior, luego de que la revista publicara una fotografía en la que se encontraría Miranda de Wallace durante un proceso de fichaje para ser ingresada a un centro penitenciario, luego de una detención en 1998.
Momentos después, en el espacio de José Cárdenas, la candidata panista consideró que el PRD no está involucrado en estos hechos porque ya ha salido dignamente a decir que es una mentira, pero dijo probablemente el PRI "quiso echarnos a pelear al PAN y al PRD y el salir librado".
Finalmente, señaló que en México debemos de aprender a hacer política de una manera más digna y de propuesta, no a base de golpes bajos y de enlodar a las personas.
"Me da mucha tristeza que en México, en lugar de estar enfocados en cosas positivas, estemos enfocados haciendo tonterías que no nos llevan a ningún lado. A mí me gustaría que estuviéramos hablando de la pobreza que hay en esta ciudad del problema del agua que tenemos en Iztapalapa, del problema de movilidad, de educación, la falta de empleo, esos son los temas de los que deberíamos estar hablando", enfatizó.
igq
Escuchar
En La Chuleta entrevista a Isabel Miranda. Proceso tendría más artículos en mi contra. |
Amaga Wallace con “llegar hasta las últimas consecuencias” contra Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La candidata panista al gobierno capitalino,
María Isabel Miranda de Wallace, amagó con llegar “hasta las últimas
consecuencias” en contra del semanario Proceso por publicar, en el
número que está en circulación (1849), una fotografía y la ficha de su
ingreso al Reclusorio Preventivo Femenil Norte en julio de 1998.
Acompañada
únicamente por el consultor en Seguridad Pública, Samuel González Ruiz,
y de algunos empleados de sus empresas de anuncios publicitarios, la
también fundadora de la agrupación Alto al Secuestro se dijo “víctima de
la calumnia”, falta de respeto a su honra y de acciones que buscan
“manchar los apellidos Wallace Miranda”.
Categórica, negó “haber
sido fichada o haber sido condenada por algún delito” y también resaltó
que la fotografía que aparece en la revista es “falsa”.
Isabel
Miranda, cercana al secretario de Seguridad Pública federal, Genaro
García Luna, y quien además se ha caracterizado por defender el montaje
televisivo en el caso de la ciudadana francesa Florence Cassez, acusó a
Proceso de servir “a la izquierda para tratar de golpetear” su campaña.
Sin
fundamentos, Miranda de Wallace preguntó ¿“a qué está respondiendo está
revista (Proceso)?, ¿quién le paga por tratar de desprestigiarme? o
¿qué le tienen miedo con mi candidatura”?.
El mayor argumento que
ofreció en su defensa la candidata del PAN a la jefatura de Gobierno del
DF fue que la persona que aparece en la fotografía de portada no es
ella. La mujer que sale en la foto, dijo, “mide entre 1.68 y 1.70
metros” y que ella apenas ronda los 1.60 metros.
A manera de
reforzar su tesis, la candidata panista se midió delante de los
reporteros con una regla de madera de dos metros de longitud.
Además,
distribuyó copias de un oficio de la Subsecretaría de Gobierno del
Distrito Federal, de fecha 23 de mayo de 2006, en el que se consigna que
María Isabel Miranda Torres, “hubiera ingresado a algún centro
preventivo o penitenciario” de la capital.
Después explicaría que
la fecha de la emisión del documento se debe a que los inculpados en el
caso del secuestro y presunto asesinato de su hijo, Hugo Alberto
Wallace, cuestionaron su calidad moral.
La candidata que dijo que
no permitirá “me falten al respeto y no voy a permitir que me calumnien”
aseguró que no cuenta con antecedentes penales y que la prueba de ello
es que la Procuraduría General de Justicia del DF rechazó tener en sus
registros a la activista.
En efecto en el comunicado CS2012-240,
la PGJDF señaló que “después de una exhaustiva investigación en las
bases de datos y registros” de la dependencia “no cuenta con
antecedentes penales según información registral en los sistemas
institucionales”.
Sin embargo, la institución no aclara que por la
exoneración de los delitos, como lo mencionó la revista, los registros
de antecedentes penales se eliminan, lo que no implica que el proceso
contra la indiciada haya existido.
Durante la conferencia, algunas
personas portaban pancartas que aludían a su supuesta honestidad y
valentía, así como a ser “madre dispuesta a todo”.
Envalentonada,
Miranda de Wallace advirtió “vamos a llevar a cabo el proceso jurídico
que se tenga que llevar a cabo” contra el semanario fundado por Julio
Scherer.
Añadió que “si Proceso cuenta con una ficha que
supuestamente es mía, se averigüe quién la fabricó o de dónde salió esa
supuesta ficha”, aunque reconoció que “el incidente” al que hace alusión
el semanario, “ocurrió efectivamente (…) frente a TV Azteca”.
Miranda
de Wallace argumentó que el 16 de julio de 1998, contrató la corredora
pública María del Rocío González Hernández para que diera cuenta de los
hechos ocurridos ese día en el acta 545/98.
La candidata no dio
copias del presunto dictamen de la corredora, en el que según la
candidata se asentaba que ella no estuvo en el área de la trifulca que
originó la demanda del gobierno capitalino.
Tras señalar que el
dictamen de la corredora le permitió salir libre de las acusaciones en
su contra, Miranda de Wallace explicó que no fue acompañada por
dirigentes del PAN porque la demanda contra Proceso, era un asunto
“personal”.
De la abolición de los delitos atribuidos a la prensa
en el Distrito Federal, Wallace apuntó en ella agotará “hasta las
últimas consecuencias”, los recursos jurídicos contra la revista.
Durante
todo el día, Miranda de Wallace ofreció entrevistas a diferentes medios
de comunicación electrónicos, en las que repitió hasta el cansancio los
mismos argumentos que ofreció en la rueda de prensa.
Reaccionan tuiteros
En
Twitter diversos medios de comunicación difundieron el boletín de la
Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en la que
se afirma que la candidata del PAN al gobierno del DF, no tiene
antecedentes penales.
Difundieron también las declaraciones de
Miranda de Wallace en las que afirma que la de la imagen publicada en la
portada del semanario Proceso esta semana no es ella y que niega haber
sido fichada por la PGJDF.
@Pajaropolitico: “Proceso no me consultó. Dieron el golpe artero en la portada como si fuera un capo”, dice Miranda de Wallace”
@CNNMex: “Isabel Miranda de Wallace no tiene antecedentes penales, según la Procuraduría de Justicia del DF”
@Excelsior_Mex: “#ColorElectoral Miranda de Wallace pedirá investigación de ficha policiaca falsa.”
@Excelsior_Mex: “#ColorElectoral Miranda de Wallace niega haber sido fichada por la PGJDF”, difundieron algunos medios a través de sus cuentas.
@Excelsior_Mex: “#ColorElectoral Miranda de Wallace pedirá investigación de ficha policiaca falsa.”
@Excelsior_Mex: “#ColorElectoral Miranda de Wallace niega haber sido fichada por la PGJDF”, difundieron algunos medios a través de sus cuentas.
Algunos usuarios también apoyaron a la candidata del PAN y criticaron al semanario Proceso.
@redesorientada:
“Muy MAL si Proceso se inventó esa fotografía de Isabel Miranda de
Wallace… Esos son nuestros medios de comunicación”.
@benuza9:
“Nuestro apoyo a Da. Isabel Miranda de Wallace. Una efectiva ciudadana.
Expresion de la sociedad eficiente en UN Edo. Fallido”
@magdalenarobles: Que BUENO que existe #Twiier paraque Pasquínes de 5a. como @RevistaProceso No MIENTAN a MÉXICO
@DonvixResponder:
Ya leí el vómito de veneno y mala leche de @revistaproceso contrala
Señora Miranda de Wallace… maaaal, proceso, estás maaaal!
MÉXICO, D.F. (apro).- Muy pronto se derrumbó la candidatura de Isabel Miranda de Wallace con la que el Partido Acción Nacional (PAN) pretendía no hacer el ridículo en el Distrito Federal.
La razón no es compleja: La aspirante a gobernar a millones de capitalinos ocultó y luego, descubierta, pretendió victimizarse por sus antecedentes policiales.
Ella que, junto con el gobierno de Felipe Calderón, ha querido levantarse como emblema de la valentía contra la delincuencia, el abuso de poder, la mentira y los privilegios.
Pero no sólo ocultó un pasado que los ciudadanos del Distrito Federal y del país tienen derecho a saber, sobre todo de quien eso exige de las autoridades, sino que mintió y ha seguido mintiendo a partir de que el semanario “Proceso” desveló sus antecedentes y su consentimiento en la tortura contra quienes ella identifica como los asesinos de su hijo, el mismo que la auxilió en la comisión de los delitos por la que fue consignada ante un juez y del que tantas versiones corren sobre su condición real.
El domingo mismo que el semanario publicó su ficha signaléctica, cuando se registró como candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal con la presencia de Josefina Vázquez Mota y Diego Fernández de Cevallos –emblema de la política mafiosa–, Isabel Miranda Torres de Wallace aseguró ser víctima de una “guerra sucia”.
Ese disparate lo adujo también el presidente del PAN, Gustavo Madero, a quien panistas capitalinos le habían advertido del talante falaz de la mujer que fue impulsada por Felipe Calderón, pero el silencio que ha guardado después es el reconocimiento de que se equivocó por doble vía: No haber apostado por una candidatura honrada y consolidarse como una fuerza marginal en la capital.
Y eso que Madero ordenó dispensarle a esa mujer lo que es obligación estatutaria y reglamentaria para todos los precandidatos y candidatos del PAN –los compromisos doctrinarios que deben firmar–, como anuló la contienda interna que había prometido.
Si alguna duda pudo haber sembrado Miranda con su campaña de “plumas amigas” que imploró a directivos de medios de comunicación, donde es vista ya con recelo, lo publicado por “Proceso” en la edición que está en circulación la diluye por completo, porque existe vasta constancia de que fue capturada, consignada y presa en el Reclusorio Norte.
¿Fue absuelta de los delitos que se le imputaron? Sí. ¿Tiene antecedentes penales? No. Estas dos respuestas quedaron perfectamente claras en el reportaje que ofuscó a Miranda de Wallace, quien podrá gozar de connivencia con Calderón y Genaro García Luna, que políticamente están muertos, pero jamás tendrá la confianza de la ciudadanía que quiso –y quiere— engañar.
¿De qué se puede acusar al semanario “Proceso” y al reportero Jorge Carrasco? Sólo de cumplir con su deber profesional…
Apuntes
Otra figura que fue venerada por el PAN y por sus simpatizantes, Vicente Fox, está también derrumbándose, aunque ya lo había hecho para millones de mexicanos. “Traidor” es la definición que se le da entre la militancia, pero que sólo un expanista se ha atrevido: Rogelio Sada Zambrano, emblema del panismo norteño y del empresariado rebelde. Y apenas hoy lunes, en Colima, la candidata Josefina Vázquez Mota lo expulsó del elenco de próceres que sacaron al PRI de Los Pinos. Fue Manuel Clouthier, no Fox, afirmó, veladamente. Se atisba venganza…
Comentarios: delgado@procesk.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de Wallace luchaba por zafarse ella
misma de las graves acusaciones penales por el altercado con personal de
la delegación Tlalpan. Showcase Publicidad había colocado tres
espectaculares en un terreno ubicado entre los números oficiales 3395 y
4121 de Periférico Sur, entre Televisión Azteca y una sucursal del
entonces Citibank, en la colonia Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras empresas, estaba en una zona
catalogada como riesgosa porque pasan ductos de Pemex y hay torres con
cables de alta tensión. El entonces delegado de Tlalpan, Salvador
Martínez Della Roca, abrió tres procedimientos administrativos contra la
empresa y el 15 de julio de 1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98,
en la que le dio un plazo de 24 horas a Isabel Miranda para que retirara
sus anuncios. La apercibió de que, en caso contrario, la delegación los
quitaría.
El encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado,
quien la acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF,
resistencia de particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en
grado de tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que el día de las
maniobras había unas 80 personas de la delegación porque además de los
anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la empresa Vender,
“cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó con personal y
camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse la señora Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de
unas 25 personas entre ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se
ostentó como dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los
trabajadores de la delegación subirse al pospe por las escaleras del
tubular portable”, propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de
Wallace ocuparon la parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que
el cabrón que se subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces
el subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a funcionar la pluma de la
grúa, en la parte superior de la estructura ya estaban tres empleados de
la subdelegación de Obras y Desarrollo Urbano. “Se habían subido por
las escaleras que tiene el tubo (que sostenía el espectacular) para
quitar los paneles del anuncio y engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas, cuando estaba en la parte delantera y del lado
derecho de la grúa, Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de
Wallace –acompañada de un hombre como de 30 años– se acercó a las
mangueras del sistema hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel Miranda empezó a cortar una de
las mangueras con un cúter que tenía en la mano derecha “y acto seguido
le pasa el cúter al joven que la acompaña, el cual también con la mano
derecha corta otras mangueras”, de cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante Cervantes le reclamaron al acompañante
de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”, contestó éste, quien según el propio
Patiño “al parecer” era el hijo de la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó
a desestabilizar, “el sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas,
tipo Celebrity (sic), de color gris, sin placas de circulación, mismo
que previamente había metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven,
como de 25 años de edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de
acceso al predio”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda
de Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo con el reporte policial, el coche era un Cuttlas gris, con
placas de circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos
los empleados de la delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a
su chofer, José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro
Vera Mondragón –quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas–
y Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche.
El escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las
cuales Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la
comisión de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF, declaró ante el Ministerio
Público que en las discusiones sobresalía una mujer a la que le gritaban
“Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes de las cuatro y media de
la tarde unos empleados de Showcase se subieron al anuncio, mientras que
otros, equipados con tanques y sopletes, ocuparon las escaleras del
tubo. Así, y con un tanque de gas en la superficie, impedían que se
desmontara el anuncio.
Morante Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las
seis de la tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que
personal `e su empresa retirarían las “artes” y la delegación las
estructuras superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la
delegación, el operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su
primer nivel.
Pero en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda, que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto “procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose
que lo había yo observado y diciéndoles que ya había yo visto lo que
estaban haciendo. E inmediatamente dicha señora se retira, iniciándose
una discusión con el sujeto joven… En ese momento, la grúa se tambaleó y
se movía hacia atrás sin control, apoyada sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su equipo que registrara al
sujeto “para localizarle el objeto cortante entre sus ropas”. El
señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez de detenerlo corrían
a cerrar las puertas para que no se escapara en su coche, que
previamente había metido al terreno”. El testigo identificó el vehículo
como un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó por
Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez,
quien aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se
acercó a un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter
cortó el lazo que sostenía el anuncio, “provocando inseguridad en la
gente que estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel Miranda atravesaron coches frente a la
grúa para que no se acercara al espectacular. El subdelegado la acusó de
amenazar a los trabajadores a su cargo. Les dijo que “si se subían a su
anuncio, ella ordenaría a la gente que la acompañaba a que los lanzaran
al vacío”.
Con las horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad
para que no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían
avanzado, por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de
50 toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto gerente de construcción que
hubiera puesto en peligro la vida de los trabajadores, por lo que pidió
la presencia del Ministerio Público. Coincidió en el relato sobre la
huida del “sujeto joven” –quien le aventó el vehículo– y la retención de
Isabel Miranda.
El operador de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo
hacerla funcionar hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a
engarzar el anuncio panorámico con el gancho de la pluma notó que había
una fuga en las mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la
grúa se tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban
en el lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier Ulises Camacho
Torres, los trabajadores de la delegación que se habían subido al
anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera en que
Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el peligro en
que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia precisó que desde una altura de 35 metros vio que la
pluma se acercaba al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la
segunda extensión ya no salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio.
“Si la grúa hubiera estado en su última fase, se habría volteado y se
hubiera caído el anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando la grúa levantó la pluma él y sus
compañeros se dieron cuenta de la confusión de abajo, que la gente
corría de un lado a otro y optaron por bajar porque no tenían cinturones
de seguridad.
Los peritajes confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su
declaración ministerial Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra
era “totalmente falso”. Que al contrario, ella estuvo dispuesta al
retiro de los anuncios a pesar de tener permiso para montarlos, pero los
funcionarios de la delegación, “prepotentes y groseros”, nunca
quisieron identificarse ni mostrar la resolución contra su empresa. Más
aún, los acusó de agresión y de haber generado peligro con un tanque de
soldadura autógena.
“Al darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lucar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró que por una persona que no identificó se enteró del problema con
la grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la
delegación. Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual)
desconozco porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó su prisión preventiva
por el delito de resistencia de particulares. Fue fichada por ello en el
Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito Federal. Quedó
exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de tentativa. Su
abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de octubre de 1998 la
Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer delito. Según los
magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
“Hasta el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas
sólo se cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”,
mientras que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además,
ninguno de los tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza
alguna”, por lo que no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención
de privarlos de la vida. “No obstante –estableció la resolución– la
encausada cortó una de las mangueras… con la intención de impedir que el
personal del GDF retirara sus anuncios”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de Wallace luchaba por zafarse ella
misma de las graves acusaciones penales por el altercado con personal de
la delegación Tlalpan. Showcase Publicidad había colocado tres
espectaculares en un terreno ubicado entre los números oficiales 3395 y
4121 de Periférico Sur, entre Televisión Azteca y una sucursal del
entonces Citibank, en la colonia Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras empresas, estaba en una zona
catalogada como riesgosa porque pasan ductos de Pemex y hay torres con
cables de alta tensión. El entonces delegado de Tlalpan, Salvador
Martínez Della Roca, abrió tres procedimientos administrativos contra la
empresa y el 15 de julio de 1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98,
en la que le dio un plazo de 24 horas a Isabel Miranda para que retirara
sus anuncios. La apercibió de que, en caso contrario, la delegación los
quitaría.
El encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado,
quien la acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF,
resistencia de particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en
grado de tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que el día de las
maniobras había unas 80 personas de la delegación porque además de los
anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la empresa Vender,
“cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó con personal y
camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse la señora Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de
unas 25 personas entre ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se
ostentó como dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los
trabajadores de la delegación subirse al poste por las escaleras del
tubular portable”, propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de
Wallace ocuparon la parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que
el cabrón que se subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces
el subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a funcionar la pluma de la
grúa, en la parte superior de la estructura ya estaban tres empleados de
la subdelegación de Obras y Desarrollo Urbano. “Se habían subido por
las escaleras que tiene el tubo (que sostenía el espectacular) para
quitar los paneles del anuncio y engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas, cuando estaba en la parte delantera y del lado
derecho de la grúa, Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de
Wallace –acompañada de un hombre como de 30 años– se acercó a las
mangueras del sistema hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel Miranda empezó a cortar una de
las mangueras con un cúter que tenía en la mano derecha “y acto seguido
le pasa el cúter al joven que la acompaña, el cual también con la mano
derecha corta otras mangueras”, de cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante Cervantes le reclamaron al acompañante
de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”, contestó éste, quien según el propio
Patiño “al parecer” era el hijo de la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó
a desestabilizar, “el sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas,
tipo Celebrity (sic), de color gris, sin placas de circulación, mismo
que previamente había metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven,
como de 25 años de edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de
acceso al predio”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda
de Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo con el reporte policial, el coche era un Cuttlas gris, con
placas de circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos
los empleados de la delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a
su chofer, José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro
Vera Mondragón –quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas–
y Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche.
El escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las
cuales Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la
comisión de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF, declaró ante el Ministerio
Público que en las discusiones sobresalía una mujer a la que le gritaban
“Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes de las cuatro y media de
la tarde unos empleados de Showcase se subieron al anuncio, mientras que
otros, equipados con tanques y sopletes, ocuparon las escaleras del
tubo. Así, y con un tanque de gas en la superficie, impedían que se
desmontara el anuncio.
Morante Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las
seis de la tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que
personal de su empresa retirarían las “artes” y la delegación las
estructuras superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la
delegación, el operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su
primer nivel.
Pero en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda, que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto “procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose
que lo había yo observado y diciéndoles que ya había yo visto lo que
estaban haciendo. E inmediatamente dicha señora se retira, iniciándose
una discusión con el sujeto joven… En ese momento, la grúa se tambaleó y
se movía hacia atrás sin control, apoyada sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su equipo que registrara al
sujeto “para localizarle el objeto cortante entre sus ropas”. El
señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez de detenerlo corrían
a cerrar las puertas para que no se escapara en su coche, que
previamente había metido al terreno”. El testigo identificó el vehículo
como un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó por
Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez,
quien aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se
acercó a un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter
cortó el lazo que sostenía el anuncio, “provocando inseguridad en la
gente que estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel Miranda atravesaron coches frente a la
grúa para que no se acercara al espectacular. El subdelegado la acusó de
amenazar a los trabajadores a su cargo. Les dijo que “si se subían a su
anuncio, ella ordenaría a la gente que la acompañaba a que los lanzaran
al vacío”.
Con las horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad
para que no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían
avanzado, por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de
50 toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto gerente de construcción que
hubiera puesto en peligro la vida de los trabajadores, por lo que pidió
la presencia del Ministerio Público. Coincidió en el relato sobre la
huida del “sujeto joven” –quien le aventó el vehículo– y la retención de
Isabel Miranda.
El operador de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo
hacerla funcionar hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a
engarzar el anuncio panorámico con el gancho de la pluma notó que había
una fuga en las mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la
grúa se tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban
en el lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier Ulises Camacho
Torres, los trabajadores de la delegación que se habían subido al
anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera en que
Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el peligro en
que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia precisó que desde una altura de 35 metros vio que la
pluma se acercaba al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la
segunda extensión ya no salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio.
“Si la grúa hubiera estado en su última fase, se habría volteado y se
hubiera caído el anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando la grúa levantó la pluma él y sus
compañeros se dieron cuenta de la confusión de abajo, que la gente
corría de un lado a otro y optaron por bajar porque no tenían cinturones
de seguridad.
Los peritajes confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su
declaración ministerial Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra
era “totalmente falso”. Que al contrario, ella estuvo dispuesta al
retiro de los anuncios a pesar de tener permiso para montarlos, pero los
funcionarios de la delegación, “prepotentes y groseros”, nunca
quisieron identificarse ni mostrar la resolución contra su empresa. Más
aún, los acusó de agresión y de haber generado peligro con un tanque de
soldadura autógena.
“Al darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lugar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró que por una persona que no identificó se enteró del problema con
la grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la
delegación. Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual)
desconozco porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó su prisión preventiva
por el delito de resistencia de particulares. Fue fichada por ello en el
Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito Federal. Quedó
exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de tentativa. Su
abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de octubre de 1998 la
Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer delito. Según los
magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
“Hasta el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas
sólo se cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”,
mientras que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además,
ninguno de los tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza
alguna”, por lo que no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención
de privarlos de la vida. “No obstante –estableció la resolución– la
encausada cortó una de las mangueras… con la intención de impedir que el
personal del GDF retirara sus anuncios”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de Wallace luchaba por zafarse ella
misma de las graves acusaciones penales por el altercado con personal de
la delegación Tlalpan. Showcase Publicidad había colocado tres
espectaculares en un terreno ubicado entre los números oficiales 3395 y
4121 de Periférico Sur, entre Televisión Azteca y una sucursal del
entonces Citibank, en la colonia Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras empresas, estaba en una zona
catalogada como riesgosa porque pasan ductos de Pemex y hay torres con
cables de alta tensión. El entonces delegado de Tlalpan, Salvador
Martínez Della Roca, abrió tres procedimientos administrativos contra la
empresa y el 15 de julio de 1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98,
en la que le dio un plazo de 24 horas a Isabel Miranda para que retirara
sus anuncios. La apercibió de que, en caso contrario, la delegación los
quitaría.
El encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado,
quien la acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF,
resistencia de particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en
grado de tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que el día de las
maniobras había unas 80 personas de la delegación porque además de los
anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la empresa Vender,
“cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó con personal y
camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse la señora Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de
unas 25 personas entre ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se
ostentó como dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los
trabajadores de la delegación subirse al poste por las escaleras del
tubular portable”, propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de
Wallace ocuparon la parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que
el cabrón que se subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces
el subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a funcionar la pluma de la
grúa, en la parte superior de la estructura ya estaban tres empleados de
la subdelegación de Obras y Desarrollo Urbano. “Se habían subido por
las escaleras que tiene el tubo (que sostenía el espectacular) para
quitar los paneles del anuncio y engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas, cuando estaba en la parte delantera y del lado
derecho de la grúa, Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de
Wallace –acompañada de un hombre como de 30 años– se acercó a las
mangueras del sistema hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel Miranda empezó a cortar una de
las mangueras con un cúter que tenía en la mano derecha “y acto seguido
le pasa el cúter al joven que la acompaña, el cual también con la mano
derecha corta otras mangueras”, de cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante Cervantes le reclamaron al acompañante
de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”, contestó éste, quien según el propio
Patiño “al parecer” era el hijo de la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó
a desestabilizar, “el sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas,
tipo Celebrity (sic), de color gris, sin placas de circulación, mismo
que previamente había metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven,
como de 25 años de edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de
acceso al predio”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda
de Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo con el reporte policial, al coche era un Cuttlas gris, con
placas de circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos
los empleados de la delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a
su chofer, José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro
Vera Mondragón –quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas–
y Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche.
El escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las
cuales Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la
comisión de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF, declaró ante el Ministerio
Público que en las discusiones sobresalía una mujer a la que le gritaban
“Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes de las cuatro y media de
la tarde unos empleados de Showcase se subieron al anuncio, mientras que
otros, equipados con tanques y sopletes, ocuparon las escaleras del
tubo. Así, y con un tanque de gas en la superficie, impedían que se
desmontara el anuncio.
Morante Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las
seis de la tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que
personal de su empresa retirarían las “artes” y la delegación las
estructuras superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la
delegación, el operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su
primer nivel.
Pero en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda, que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto “procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose
que lo había yo observado y diciéndoles que ya había yo visto lo que
estaban haciendo. E inmediatamente dicha señora se retira, iniciándose
una discusión con el sujeto joven… En ese momento, la grúa se tambaleó y
se movía hacia atrás sin control, apoyada sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su equipo que registrara al
sujeto “para localizarle el objeto cortante entre sus ropas”. El
señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez de detenerlo corrían
a cerrar las puertas para que no se escapara en su coche, que
previamente había metido al terreno”. El testigo identificó el vehículo
como un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó por
Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez,
quien aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se
acercó a un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter
cortó el lazo que sostenía el anuncio, “provocando inseguridad en la
gente que estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel Miranda atravesaron coches frente a la
grúa para que no se acercara al espectacular. El subdelegado la acusó de
amenazar a los trabajadores a su cargo. Les dijo que “si se subían a su
anuncio, ella ordenaría a la gente que la acompañaba a que los lanzaran
al vacío”.
Con las horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad
para que no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían
avanzado, por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de
50 toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto gerente de construcción que
hubiera puesto en peligro la vida de los trabajadores, por lo que pidió
la presencia del Ministerio Público. Coincidió en el relato sobre la
huida del “sujeto joven” –quien le aventó el vehículo– y la retención de
Isabel Miranda.
El operador de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo
hacerla funcionar hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a
engarzar el anuncio panorámico con el gancho de la pluma notó que había
una fuga en las mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la
grúa se tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban
en el lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier Ulises Camacho
Torres, los trabajadores de la delegación que se habían subido al
anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera en que
Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el peligro en
que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia precisó que desde una altura de 35 metros vio que la
pluma se acercaba al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la
segunda extensión ya no salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio.
“Si la grúa hubiera estado en su última fase, se habría volteado y se
hubiera caído el anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando la grúa levantó la pluma él y sus
compañeros se dieron cuenta de la confusión de abajo, que la gente
corría de un lado a otro y optaron por bajar porque no tenían cinturones
de seguridad.
Los peritajes confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su
declaración ministerial Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra
era “totalmente falso”. Que al contrario, ella estuvo dispuesta al
retiro de los anuncios a pesar de tener permiso para montarlos, pero los
funcionarios de la delegación, “prepotentes y groseros”, nunca
quisieron identificarse ni mostrar la resolución contra su empresa. Más
aún, los acusó de agresión y de haber generado peligro con un tanque de
soldadura autógena.
“Al darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lugar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró que por una persona que no identificó se enteró del problema con
la grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la
delegación. Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual)
desconozco porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó su prisión preventiva
por el delito de resistencia de particulares. Fue fichada por ello en el
Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito Federal. Quedó
exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de tentativa. Su
abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de octubre de 1998 la
Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer delito. Según los
magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
“Hasta el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas
sólo se cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”,
mientras que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además,
ninguno de los tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza
alguna”, por lo que no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención
de privarlos de la vida* “No obstante –estableció la resolución– la
encausada cortó una de las mangueras… con la intención de impedir que el
personal del GDF retirara sus anuncios”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de Wallace luchaba por zafarse ella
misma de las graves acusaciones penales por el altercado con personal de
la delegación Tlalpan. Showcase Publicidad había colocado tres
espectaculares en un terreno ubicado entre los números oficiales 3395 y
4121 de Periférico Sur, entre Televisión Azteca y una sucursal del
entonces Citibank, en la colonia Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras empresas, estaba en una zona
catalogada como riesgosa porque pasan ductos de Pemex y hay torres con
cables de alta tensión. El entonces delegado de Tlalpan, Salvador
Martínez Della Roca, abrió tres procedimientos administrativos contra la
empresa y el 15 de julio de 1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98,
en la que le dio un plazo de 24 horas a Isabel Miranda para que retirara
sus anuncios. La apercibió de que, en caso contrario, la delegación los
quitaría.
El encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado,
quien la acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF,
resistencia de particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en
grado de tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que el día de las
maniobras había unas 80 personas de la delegación porque además de los
anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la empresa Vender,
“cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó con personal y
camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse la señora Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de
unas 25 personas entre ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se
ostentó como dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los
trabajadores de la delegación subirse al poste por las escaleras del
tubular portable”, propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de
Wallace ocuparon la parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que
el cabrón que se subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces
el subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a funcionar la pluma de la
grúa, en la parte superior de la estructura ya estaban tres empleados de
la subdelegación de Obras y Desarrollo Urbano. “Se habían subido por
las escaleras que tiene el tubo (que sostenía el espectacular) para
quitar los paneles del anuncio y engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas, cuando estaba en la parte delantera y del lado
derecho de la grúa, Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de
Wallace –acompañada de un hombre como de 30 años– se acercó a las
mangueras del sistema hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel Miranda empezó a cortar una de
las mangueras con un cúter que tenía en la mano derecha “y acto seguido
le pasa el cúter al joven que la acompaña, el cual también con la mano
derecha corta otras mangueras”, de cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante Cervantes le reclamaron al acompañante
de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”, contestó éste, quien según el propio
Patiño “al parecer” era el hijo de la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó
a desestabilizar, “el sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas,
tipo Celebrity (sic), de color gris, sin placas de circulación, mismo
que previamente había metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven,
como de 25 años de edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de
acceso al predio”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda
de Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo con el reporte policial, el coche era un Cuttlas gris, con
placas de circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos
los empleados de ha delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a
su chofer, José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro
Vera Mondragón –quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas–
y Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche.
El escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las
cuales Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la
comisión de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF, declaró ante el Ministerio
Público que en las discusiones sobresalía una mujer a la que le gritaban
“Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes de las cuatro y media de
la tarde unos empleados de Showcase se subieron al anuncio, mientras que
otros, equipados con tanques y sopletes, ocuparon las escaleras del
tubo. Así, y con un tanque de gas en la superficie, impedían que se
desmontara el anuncio.
Morante Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las
seis de la tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que
personal de su empresa retirarían las “artes” y la delegación las
estructuras superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la
delegación, el operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su
primer nivel.
Pero en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda, que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto “procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose
que lo había yo observado y diciéndoles que ya había yo visto lo que
estaban haciendo. E inmediatamente dicha señora se retira, iniciándose
una discusión con el sujeto joven… En ese momento, la grúa se tambaleó y
se movía hacia atrás sin control, apoyada sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su equipo que registrara al
sujeto “para localizarle el objeto cortante entre sus ropas”. El
señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez de detenerlo corrían
a cerrar las puertas para que no se escapara en su coche, que
previamente había metido al terreno”. El testigo identificó el vehículo Xncomo un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó por
Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez,
quien aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se
acercó a un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter
cortó el lazo que sostenía el anuncio, “provocando inseguridad en la
gente que estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel Miranda atravesaron coches frente a la
grúa para que no se acercara al espectacular. El subdelegado la acusó de
amenazar a los trabajadores a su cargo. Les dijo que “si se subían a su
anuncio, ella ordenaría a la gente que la acompañaba a que los lanzaran
al vacío”.
Con las horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad
para que no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían
avanzado, por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de
50 toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto gerente de construcción que
hubiera puesto en peligro la vida de los trabajadores, por lo que pidió
la presencia del Ministerio Público. Coincidió en el relato sobre la
huida del “sujeto joven” –quien le aventó el vehículo– y la retención de
Isabel Miranda.
El operador de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo
hacerla funcionar hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a
engarzar el anuncio panorámico con el gancho de la pluma notó que había
una fuga en las mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la
grúa se tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban
en el lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier Ulises Camacho
Torres, los trabajadores de la delegación que se habían subido al
anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera en que
Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el peligro en
que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia precisó que desde una altura de 35 metros vio que la
pluma se acercaba al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la
segunda extensión ya no salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio.
“Si la grúa hubiera estado en su última fase, se habría volteado y se
hubiera caído el anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando la grúa levantó la pluma él y sus
compañeros se dieron cuenta de la confusión de abajo, que la gente
corría de un lado a otro y optaron por bajar porque no tenían cinturones
de seguridad.
Los peritajes confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su
declaración ministerial Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra
era “totalmente falso”. Que al contrario, ella estuvo dispuesta al
retiro de los anuncios a pesar de tener permiso para montarlos, pero los
funcionarios de la delegación, “prepotentes y groseros”, nunca
quisieron identificarse ni mostrar la resolución contra su empresa. Más
aún, los acusó de agresión y de haber generado peligro con un tanque de
soldadura autógena.
“Al darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lugar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró que por una persona que no identificó se enteró del problema con
la grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la
delegación. Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual)
desconozco porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó su prisión preventiva
por el delito de resistencia de particulares. Fue fichada por ello en el
Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito Federal. Quedó
exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de tentativa. Su
abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de octubre de 1998 la
Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer delito. Según los
magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
“Hasta el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas
sólo se cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”,
mientras que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además,
ninguno de los tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza
alguna”, por lo que no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención
de privarlos de la vida. “No obstante –estableció la resolución– la
encausada cortó una de las mangueras… con la intención de impedir que el
personal del GDF retirara sus anuncios”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
IMPUTACIONES
Hace casi 14 años Isabel Miranda de Wallace luchaba por zafarse ella
misma de las graves acusaciones penales por el altercado con personal de
la delegación Tlalpan. Showcase Publicidad había colocado tres
espectaculares en un terreno ubicado entre los números oficiales 3395 y
4121 de Periférico Sur, entre Televisión Azteca y una sucursal del
entonces Citibank, en la colonia Héroes de Padierna.
El predio, donde había anuncios de otras empresas, estaba en una zona
catalogada como riesgosa porque pasan ductos de Pemex y hay torres con
cables de alta tensión. El entonces delegado de Tlalpan, Salvador
Martínez Della Roca, abrió tres procedimientos administrativos contra la
empresa y el 15 de julio de 1998 emitió la resolución DT/C-10/214/98,
en la que le dio un plazo de 24 horas a Isabel Miranda para que retirara
sus anuncios. La apercibió de que, en caso contrario, la delegación los
quitaría.
El encargado de desmontar el primer anuncio fue Miguel Ángel González
Vázquez, quien era subdelegado de Obras y Desarrollo Urbano de la
delegación. Junto con él llegaron al lugar José Patiño Hurtado,
subdirector Jurídico y de Gobierno, entre otros empleados, y Leopoldo
Morante Cervantes, director de Apoyo Institucional de la Subsecretaría
de Coordinación Delegacional y Metropolitana del GDF.
La denuncia contra Miranda de Wallace fue levantada por Patiño Hurtado,
quien la acusó de daño en propiedad ajena en agravio del GDF,
resistencia de particulares a un mandato de la autoridad y homicidio en
grado de tentativa.
En sus declaraciones ministeriales, Patiño relató que el día de las
maniobras había unas 80 personas de la delegación porque además de los
anuncios de Showcase tenían que desmontar diez más de la empresa Vender,
“cuyo personal consintió en el retiro e incluso apoyó con personal y
camiones”.
Como a las 11 de la mañana, añadió, “se presenta una mujer que dijo
llamarse la señora Isabel Miranda de Wallace… Prepotente, acompañada de
unas 25 personas entre ambos sexos, prevaleciendo los hombres… se
ostentó como dueña de los anuncios espectaculares de Showcase”.
Enseguida “les ordenó a algunos de ellos que no permitieran a los
trabajadores de la delegación subirse al poste por las escaleras del
tubular portable”, propiedad de Showcase. Los empleados de Miranda de
Wallace ocuparon la parte alta del anuncio y ella los instruyó para “que
el cabrón que se subiera de la delegación lo tiraran desde arriba”.
La confrontación se prolongó hasta las seis de la tarde. Para entonces
el subdelegado González Vázquez le ordenó al operador de la grúa, Felipe
Arciniega Sánchez, que retirara el primero de los espectaculares y su
estructura metálica.
Según el denunciante, cuando Arciniega puso a funcionar la pluma de la
grúa, en la parte superior de la estructura ya estaban tres empleados de
la subdelegación de Obras y Desarrollo Urbano. “Se habían subido por
las escaleras que tiene el tubo (que sostenía el espectacular) para
quitar los paneles del anuncio y engarzarlos a la punta de la pluma”.
Como a las 19:45 horas, cuando estaba en la parte delantera y del lado
derecho de la grúa, Patiño Hurtado aseguró haber visto que Miranda de
Wallace –acompañada de un hombre como de 30 años– se acercó a las
mangueras del sistema hidráulico de la máquina.
De inmediato, según la acusación, Isabel Miranda empezó a cortar una de
las mangueras con un cúter que tenía en la mano derecha “y acto seguido
le pasa el cúter al joven que la acompaña, el cual también con la mano
derecha corta otras mangueras”, de cuatro que estaban unidas.
Tanto Patiño Hurtado como Morante Cervantes le reclamaron al acompañante
de Wallace. “¿Me viste, cabrón?”, contestó éste, quien según el propio
Patiño “al parecer” era el hijo de la dueña de Showcase, Hugo Alberto.
El subdirector jurídico Patiño Hurtado dijo que cuando la grúa se empezó
a desestabilizar, “el sujeto joven corre hacia su vehículo Cuttlas,
tipo Celebrity (sic), de color gris, sin placas de circulación, mismo
que previamente había metido al predio, y lo aborda… Otro sujeto joven,
como de 25 años de edad, auxilia al del Cuttlas, abriéndole la puerta de
acceso al predio”.
El propio Patiño y otros empleados de la delegación “corren hacia la
puerta de acceso al predio a efectos de impedir que huyera, pero dicho
sujeto ya manejando el Cuttlas a velocidad rápida les echa encima el
vehículo, por lo que tanto el de la voz como los demás se hacen a un
lado para evitar que los atropellara, y logra darse a la fuga”.
Al mismo tiempo, declaró el funcionario de Tlalpan, “la señora Miranda
de Wallace sale corriendo junto con otras personas de su empresa para
salir… por donde huyera el Cuttlas y se dirige sobre la banqueta sur de
Periférico, corriendo hacia el oriente” y se mete “a un vehículo
Century de color azul, donde la esperaba su chofer”.
De acuerdo con el reporte policial, el coche era un Cuttlas gris, con
placas de circulación 525CWT. Isabel Miranda no pudo huir “porque todos
los empleados de la delegación rodean dicho vehículo, indignados por lo
ocurrido”. El chofer y la señora subieron los vidrios, pusieron los
seguros y se negaron a dialogar, según el acusador.
Cuando llegó la policía preventiva del DF, identificó a Isabel Miranda, a
su chofer, José Luis Alarcón Sánchez, y a sus empleados César Alejandro
Vera Mondragón –quien ayudó a huir al sujeto del coche gris sin placas–
y Marco Antonio Fin Barajas, quien la auxilió para meterse a su coche.
El escándalo fue registrado por cámaras de las televisoras, ante las
cuales Wallace se quejó de abuso de autoridad y Patiño la acusó de la
comisión de varios delitos.
Morante Cervantes, el representante del GDF, declaró ante el Ministerio
Público que en las discusiones sobresalía una mujer a la que le gritaban
“Miranda” o “señora Wallace”. Dijo que antes de las cuatro y media de
la tarde unos empleados de Showcase se subieron al anuncio, mientras que
otros, equipados con tanques y sopletes, ocuparon las escaleras del
tubo. Así, y con un tanque de gas en la superficie, impedían que se
desmontara el anuncio.
Morante Cervantes añadió en su declaración ministerial que, hacia las
seis de la tarde, las autoridades acordaron con Miranda de Wallace que
personal de su empresa retirarían las “artes” y la delegación las
estructuras superiores. Como a las 7:20 subieron empleados de la
delegación, el operador echó a andar la grúa y elevó la pluma a su
primer nivel.
Pero en ese momento observó que Isabel Miranda “tenía un objeto filoso… y
con el mismo corta una manguera de la grúa… dando posteriormente ese
objeto… a un joven de aproximadamente un metro con sesenta y cinco
centímetros de altura, de tez apiñonada, cara redonda( que vestía una
camisa de color azul con rayas y un pantalón claro”.
El sujeto “procedió rápidamente a cortar unas mangueras, percatándose
que lo había yo observado y diciéndoles que ya había yo visto lo que
estaban haciendo. E inmediatamente dicha señora se retira, iniciándose
una discusión con el sujeto joven… En ese momento, la grúa se tambaleó y
se movía hacia atrás sin control, apoyada sobre sus ruedas”.
En la discusión, Morante Cervantes pidió a su equipo que registrara al
sujeto “para localizarle el objeto cortante entre sus ropas”. El
señalado salió corriendo “y los trabajadores en vez de detenerlo corrían
a cerrar las puertas para que no se escapara en su coche, que
previamente había metido al terreno”. El testigo identificó el vehículo
como un Century gris, sin la placa trasera. El sujeto huyó por
Periférico, pero los trabajadores de la delegación impidieron que
Miranda hiciera lo mismo al detener el coche al que se había subido, en
tanto que otro carro no identificado brincaba el camellón.
También testificó en contra de Miranda el subdelegado González Vázquez,
quien aseguró que desde su llegada al predio la dueña de Showcase se
acercó a un árbol donde estaba amarrado un espectacular y con un cúter
cortó el lazo que sostenía el anuncio, “provocando inseguridad en la
gente que estaba desmantelando el anuncio”.
Después, los empleados de Isabel Miranda atravesaron coches frente a la
grúa para que no se acercara al espectacular. El subdelegado la acusó de
amenazar a los trabajadores a su cargo. Les dijo que “si se subían a su
anuncio, ella ordenaría a la gente que la acompañaba a que los lanzaran
al vacío”.
Con las horas, Miranda propuso que sus empleados quitaran la publicidad
para que no se maltratara. Pero hacia las 7:30 de la noche no habían
avanzado, por lo que el subdelegado ordenó que se acercara una grúa de
50 toneladas con extensión telescópica para agilizar el movimiento.
Cuando la grúa empezaba a operar, el testigo escuchó que alguien gritó:
“¡cuidado, las mangueras!” y se percató de que tres de las cuatro
estaban rotas. Morante le dijo que había visto cortar las mangueras a
Miranda “y uno de sus empleados que se decía gerente de construcción”,
mientras que el operador maniobraba para que la grúa no se volteara
sobre su lado derecho.
González Vázquez le reclamó al supuesto gerente de construcción que
hubiera puesto en peligro la vida de los trabajadores, por lo que pidió
la presencia del Ministerio Público. Coincidió en el relato sobre la
huida del “sujeto joven” –quien le aventó el vehículo– y la retención de
Isabel Miranda.
El operador de la grúa, Felipe Arciniega Sánchez, declaró que pudo
hacerla funcionar hasta las 7:30 de la noche. Indicó que cuando iba a
engarzar el anuncio panorámico con el gancho de la pluma notó que había
una fuga en las mangueras principales de la resistencia. Añadió que “la
grúa se tambaleó, con riesgo de volcarse sobre las personas que estaban
en el lugar”.
Manuel López López, Arturo Rafael Rentería Tapia y Javier Ulises Camacho
Torres, los trabajadores de la delegación que se habían subido al
anuncio, también coincidieron en los detalles sobre la manera en que
Isabel Miranda y sus empleados impidieron las maniobras y el peligro en
que quedaron cuando la grúa se bamboleó.
Rentería Tapia precisó que desde una altura de 35 metros vio que la
pluma se acercaba al objetivo, pero la grúa se empezó a mover y la
segunda extensión ya no salió, quedándose a unos 18 metros del anuncio.
“Si la grúa hubiera estado en su última fase, se habría volteado y se
hubiera caído el anuncio junto con ellos”, declaró.
Camacho Torres dijo que cuando la grúa levantó la pluma él y sus
compañeros se dieron cuenta de la confusión de abajo, que la gente
corría de un lado a otro y optaron por bajar porque no tenían cinturones
de seguridad.
Los peritajes confirmaron los daños y los riesgos. Pero en su
declaración ministerial Isabel Miranda dijo que lo dicho en su contra
era “totalmente falso”. Que al contrario, ella estuvo dispuesta al
retiro de los anuncios a pesar de tener permiso para montarlos, pero los
funcionarios de la delegación, “prepotentes y groseros”, nunca
quisieron identificarse ni mostrar la resolución contra su empresa. Más
aún, los acusó de agresión y de haber generado peligro con un tanque de
soldadura autógena.
“Al darme cuenta del estado de la situación decidí retirarme del lugar
junto con todo mi personal”, prosiguió. Cuando esperaba en su automóvil
para que le entregaran el material del anuncio a desmontar, dijo, “vi
venir hacia nosotros a mucha gente, lo cual me hizo pensar que algo
grave estaba pasando. Alcancé a escuchar que decían que nos agarraran a
todos. Por seguridad de mi integridad física, en ese momento le di
instrucciones a mi chofer de que se arrancara. Sin embargo, la multitud
impidió mi paso… empezando a tratar de voltear el automóvil”.
Aseguró que por una persona que no identificó se enteró del problema con
la grúa y “de manera voluntaria me ofrecí a presentarme a la
delegación. Ahí me acusaron de haber cortado unas mangueras, (lo cual)
desconozco porque mi trabajo únicamente tiene que ver con el aspecto
administrativo”.
Cinco días después de los hechos, un juez ordenó su prisión preventiva
por el delito de resistencia de particulares. Fue fichada por ello en el
Reclusorio Preventino Femenil Norte del Distrito Federal. Quedó
exonerada del cargo de homicidio doloso en grado de tentativa. Su
abogado, Ricardo Martínez Chávez, logró que el 1 de octubre de 1998 la
Novena Sala del TSJDF la eximiera también del primer delito. Según los
magistrados de la Sala, no se acreditó la amenaza.
“Hasta el momento procesal que se actúa… para acreditar las amenazas
sólo se cuenta con lo declarado por el denunciante (Patiño Hurtado)”,
mientras que los testimonios “no coinciden” con su dicho. Además,
ninguno de los tres trabajadores “refiere haber escuchado amenaza
alguna”, por lo que no se pudo comprobar ni la voluntad ni la intención
de privarlos de la vida. “No obstante –estableció la resolución– la
encausada cortó una de las mangueras… con la intención de impedir que el
personal del GDF retirara sus anuncios”.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/08-04-2012/200484. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
Para mi la señora solo defendia su trabajo, naada mas que el reportaje esta sensasionalista y amarillista no se deje señora Wallace usted tiene que ganar!
ResponderEliminarse nota de que lado estan que mal que vendan sus notas, la señora es una activista es una ciudadana como todos nosotros y no hizo mas que defender su negocio ahora que le exageren tanto y que tengan tantos detalles wow ahora si parece que hacen su trabajo pero cuando le secuestraron a su hijo no dijeron una, esa es la policia y la justicia en nuestro pais, pesima por eso yo si estoy del lado de la señora Wallace
ResponderEliminar