Un gobierno paralelo, el objetivo...
Como nunca en la historia reciente del país,
la contienda electoral que arrancó formalmente el viernes 30 de marzo
estará permeada no sólo por la tensión política, sino por el activismo
inédito de los grupos criminales
Domingo, 01 de abril de 2012
WASHINGTON, DC (Apro).- Los sanguinarios métodos de operación del
cártel de "Los Zetas" reflejan el fracaso de la lucha militarizada de
Felipe Calderón contra el narcotráfico y amenazan al Estado de derecho
en México.
"No tiene precedentes ni forma ni razón el reguero de sangre que hay en
México, pero afecta directamente el panorama político", sostienen los
analistas estadounidenses George W. Grayson y Samuel Logan en su libro
"El verdugo de hombres", que saldrá a la venta en Estados Unidos en los
próximos días bajo el sello editorial Transaction Publishers, cuando en
México estén en pleno desarrollo las campañas electorales más profusas
de los últimos tiempos.
Samuel Logan |
La obra es resultado de una amplia y minuciosa investigación sobre el
origen y comportamiento de la organización criminal mexicana más
violenta y peligrosa en la historia del trasiego de drogas, personas y
armas en México y otros países.
Según los académicos Grayson y Logan, ni "‘Los Zetas’ ni ningún otro
cártel desean el fracaso del Estado de derecho en México. Al contrario,
están ansiosos de llevar a cabo sus actividades con total impunidad;
esto es, establecer un gobierno paralelo junto con rutas clave para el
trasiego de drogas".
Es más: los autores afirman que "dicha soberanía compartida ya existe
en regiones como Tierra Caliente y el Triángulo Dorado (conformado por
Chihuahua, Sinaloa y Durango), en Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca,
así como en sectores del norte del país como Ciudad Juárez, Matamoros,
Reynosa y Nuevo Laredo".
TEMIDOS
A "Los Zetas" les atribuyen gran parte de los secuestros y otros
delitos que ocurren en los territorios donde operan, así como
actividades de lavado de dinero. Hoy, subrayan, los sicarios y
dirigentes de ese cártel son los más temidos del hemisferio. "Es difícil
persuadir a cualquier persona en México, Estados Unidos o Centroamérica
para que hable sobre "Los Zetas" de manera abierta y franca".
En 257 páginas Grayson y Logan no sólo indagan sobre la "zetanización
de México"; también hacen un balance de la estrategia de Calderón para
combatir a ese grupo y a sus organizaciones rivales: los cárteles del
Golfo, de Sinaloa, Los Caballeros Templarios y la Familia Michoacana, e
incluso rastrean su expansión a otros países, incluido Estados Unidos.
Los académicos ubican 1999 como el año en que se conformó ese grupo
como brazo armado de Cártel del Golfo, liderado entonces por Osiel
Cárdenas Guillén. Temeroso y desconfiado, el capo contrató a Arturo
Guzmán Decena (Z-1), un ex militar mexicano de élite, para crear un
escuadrón de sicarios que garantizara su seguridad personal y eliminar o
neutralizar a sus enemigos en Tamaulipas.
En "El verdugo de hombres", Grayson, quien imparte la materia de
gobierno en la Universidad de William and Mary, en el estado de
Virginia, y Logan, un investigador especializado en temas de seguridad y
crimen organizado, ofrecen un panorama aterrador del ambiente de
inseguridad que priva en México.
Ambos observan que la violencia generada por el trasiego de las drogas
se exacerbó a raíz de la guerra militarizada que desató Calderón contra
los grupos del narcotráfico.
LOS REACOMODOS
Para su investigación, Grayson y Logan consultaron reportajes
publicados en medios de comunicación mexicanos, incluido Proceso,
estadounidenses y centroamericanos, así como análisis gubernamentales y
expedientes de testigos protegidos, para conocer la pirámide de poder
del cártel y los nombres de sus dirigentes.
Según la edición que Transaction Publishers adelantó a Proceso, tras la
muerte del Z-1 el 21 de noviembre de 2002, la dirigencia se concentró
en Heriberto Lazcano Lazcano, "El Lazca" o "El Verdugo", y Miguel Ángel
Treviño Morales, "El 40". Luego vienen 16 integrantes más, algunos
identificados sólo por sus apodos. Ellos son los jefes de plaza.
La Región Norte, concentrada en Monterrey y Saltillo, es controlada por
Francisco "El Quemado" Medina Mejía y Omar Treviño Morales, "El 42",
hermano de "El 40". Piedras Negras y Nogales son custodiados por Raúl
"El Lucky" Hernández Lechuga.
La Región del Noroeste, en Tamaulipas, es territorio de Salvador
Alfonso Martínez Escobar, "La Ardilla"; de Jorge López, "El Chuta"; de
Gustavo González Castro, "El Erótico", y de Alberto José González
Xalate, "El Paisa".
En Durango el lugarteniente de "El Lazca" y "El 40" es José Luis
Sarabia, "El Pepito 1"; en Zacatecas el líder zeta es Iván Velázquez
Caballos, "El Talibán"; en San Luis Potosí, una persona identificada
como "Alemán"; en el Estado de México, Emilio Chamorro Almazán, "El TJ" o
"El Tejón"; en Guerrero, Víctor Nazario Castrejón Pena; en Chiapas, "El
Comandante Lobo", y en Guatemala "El Z-200" y Carlos Guízar.
Dicen Grayson y Logan: Los continuos cambios en la estructura original
de la organización sobre la asignación de operaciones impiden a las
autoridades "identificar a los criminales que están a cargo de una
plaza, ciudad o estado, lo que complica los planes para rastrear,
emboscar y capturar a jefes de medio pelo".
LOS SIMILARES
En México, la ola de crímenes que se asocian o atribuyen a "Los Zetas"
no necesariamente los cometen sus sicarios. Muchos corren a cargo de
simples delincuentes que se hacen pasar por integrantes de ese cártel
para infundir miedo a la población.
"Algunos zetas que son jefes de plaza dejan en paz a las familias
después de que cooperan o pagan el monto del rescate o de la extorsión
que han exigido por la libertad de secuestrados. En contraste, ‘Los
Zetas’ falsos repiten la extorsión contra la familia o negocio
afectado", escriben los autores.
Y acotan a renglón seguido: "‘Los Zetas’ genuinos llevan a cabo venganzas muy rápidas contra sus imitadores".
La presunta alianza entre los cárteles del Golfo, Sinaloa y La Familia
Michoacana para eliminar a "Los Zetas", que desde 2010 se transformó en
organismo independiente, es tema recurrente a lo largo de los 12
capítulos de "El verdugo de hombres".
"‘Los Zetas’ es el único cártel del narcotráfico mexicano que tiene un
importante componente femenino: Las Panteras, cuya estructura se
concentra en el estado de Nuevo León, aunque tienen representación en
otras áreas del país.
"Las Panteras son mujeres habilidosas que se encargan de negociar los
acuerdos con los policías, políticos y oficiales militares u otros que
pueden apoyar a ‘Los Zetas’ en sus objetivos. Si no resulta el acuerdo,
una pantera puede matar a su interlocutor", indican Grayson y Logan.
Dicen también que como toda organización criminal, "Los Zetas" tienen
personal dedicado al manejo del dinero que les deja la diversidad de sus
actividades criminales, en particular el trasiego y venta de droga en
Estados Unidos.
"El encargado de las finanzas de "Los Zetas" es "El Comandante Sol", de
quien se desconoce su verdadera identidad. Él es quien maneja los
fondos de "Los Zetas" y se reporta directamente con "El 40" y con su
hermano Omar", acota el libro.
PROYECCIÓN HEMISFÉRICA
La organización del "Lazca" y "El 40" se distingue también por su apoyo irrestricto a quienes se muestran identificados con ellos, pues nunca abandonan a su compañeros caídos. Los familiares de zetas asesinados o encarcelados reciben mil dólares cada dos semanas, señalan Grayson y Logan. Por lo que respecta a los desertores, añaden, los sicarios los persiguen hasta aniquilarlos, al tiempo que hostigan a sus familiares.
Para ingresar a las filas de "Los Zetas", los aspirantes son sometidos a
rigurosos entrenamientos en centros que incluso "El Verdugo" y "El 40"
han instalado en Estados Unidos.
"Presuntamente ‘Los Zetas’ dirigen cursos de adiestramiento que
usualmente duran seis meses. Los entrenamientos se realizan en campos
ubicados al suroeste de Matamoros, frente a Brownsville; al norte del
aeropuerto de Nuevo Laredo, cerca de Abasolo, entre Matamoros y Ciudad
Victoria; y en el rancho Las Amarillas, en las orillas del pueblo de
China, cerca de la frontera entre Nuevo León y Tamaulipas", destaca el
libro.
También consigna que "el FBI reportó que una célula de "Los Zetas"
tenía un rancho en un condado aislado en Texas donde entrenaban a su
personal y neutralizaban a la competencia (por medio del asesinato y
tortura)". Entre los "instructores" se encuentran Luis Alberto, "Z-5", y
el teniente Carlos Hau Castañeda, según el relato de un testigo
protegido que se incluye en el libro de Grayson y Logan.
Dos de esos centros de adiestramiento zetas ubicados en Tamaulipas tienen incluso pistas de aterrizaje.
LOS INGRESOS
Analistas que hablaron off the record para la integración del trabajo
Grayson y Logan indican que el tráfico de cocaína constituye 50% de los
ingresos de "Los Zetas", 10-15% el tráfico de metanfetaminas y heroína,
otro tanto por las extorsiones, 5% por el tráfico de indocumentados,
contrabando, y entre 10-15% por otras actividades.
Los dos investigadores dedican un importante espacio de su obra a
destacar la presencia y dominio de "Los Zetas" en Honduras, El Salvador y
Guatemala. Revelan también una alianza trasatlántica de "El Verdugo" y
"El 40", según los reportes de diversos medios de comunicación de México
y América Central.
"Nicola Gratteri, el jefe de las operaciones antinarcóticos del
gobierno de Italia, sostiene que en los últimos dos años "Los Zetas" han
colaborado con la mafia de Calabria, con la ‘N’drangheta’.
"Esta relación se estableció en razón del bajo costo de la cocaína que
ofrecen "Los Zetas" y el Cártel del Golfo a los consumidores de Italia.
Los narcotraficantes mexicanos venden el kilo a 25 mil dólares y los
italianos la venden a sus clientes europeos a 45 mil dólares el kilo",
casi al doble, explica el libro.
Las operaciones de tráfico de droga y de inmigrantes, secuestros y
piratería de "Los Zetas" se sustentan en la compra de funcionarios
públicos locales, según se desprende de "El verdugo de hombres".
Con base en las declaraciones de un testigo protegido, Grayson y Logan
afirman que "un presidente municipal que trabaja para La Familia
Michoacana y al mismo tiempo pasa información a "Los Zetas" recibe un
salario mensual de unos 15 mil dólares".
También afirman que integrantes de esa organización son especialmente sádicos.
DENTRO DE ESTADOS UNIDOS
En Estados Unidos, "Los Zetas" cuentan con una red de colaboradores. Grayson y Logan aluden al proceso judicial de James Bostic, un narcotraficante confesó que compró cocaína a "Los Zetas" de 2005 al 2 de febrero de 2010 para traficar. En su declaración, Bostic aseguró haber pagado 589 mil dólares a un distribuidor de drogas de "Los Zetas" en un hotel en White Marsh, Maryland.
Desde mediados de 2007 investigadores federales admitieron que los
narcos de esa organización tenían actividad en Tennessee y Oklahoma,
donde también realizaban secuestros y extorsionaban a los ciudadanos. En
Atlanta incluso negociaron con el grupo de Los Tolles para operar en
esa ciudad y tener a su disposición las rutas del trasiego de narcóticos
que llega a Chicago.
Al año siguiente llegaron a Memphis y dominaban los corredores de droga
que cruzan Texas, en particular las ciudades de Dallas y Houston. En
octubre de 2008 el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas
en inglés) emitió un boletín de inteligencia en el cual asentó que el
alcance y presencia de "Los Zetas" se había extendido al suroeste y
medioeste de Estados Unidos.
Asimismo, dicen Grayson y Logan, por medio de informantes y de un
integrante de la pandilla Pistoleros Latinos agentes del Servicio de
Aduanas y Protección Fronteriza confirmaron que "Los Zetas" contrataron a
pandilleros locales para que protegieran los cargamentos de droga en
territorio estadunidense y perpetraran asesinatos o secuestros.
Las conclusiones de Grayson y Logan sobre el problema que representan
"Los Zetas" para México y la región son alarmantes. Y su dictamen en
torno a la estrategia militarizada de Calderón para contener al
narcotráfico es devastador: "El gobierno de México asesta golpes
solamente contra individuos del crimen organizado o grupos pequeños,
pero tiende a concentrarse en atrapar a uno por uno de los capos. Esta
estrategia hace que aumente la violencia porque los subalternos, quienes
son menos habilidosos que sus jefes destronados, buscan remplazar al
capo y otros cárteles sacan provecho del grupo decapitado.
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