martes, 19 de julio de 2011

La enfermedad de Chávez debilita la presencia de Irán en América Latina

19-07-11 | POLÍTICA

La enfermedad 

de Chávez 

debilita la presencia 

de Irán 

en América Latina


Meir Javedanfar, experto en Medio Oriente, analizó en diálogo con Infobae América el rol del gobierno de Venezuela como nexo entre el régimen iraní y la región

Crédito foto: Charly Diaz Azcue

El analista, que colabora periódicamente con el diario inglés The Guardian, explicó cuáles serán las consecuencias que deberá afrontar Occidente ante la escalada nuclear en Irán y se mostró optimista sobre los resultados de las sanciones dispuestas por la ONU.

Además, anticipó que el régimen de Ahmadinejad comenzará a perder socios como consecuencia de la enfermedad del presidente venezolano, Hugo Chávez.


¿Qué esconde Irán detrás de su supuesto plan pacífico nuclear?

Hay estudios que demuestran que hay planes para experimentar con tecnología nuclear para fines armamentísticos. Esto es información de las propias Naciones Unidas. Irán tiene todo el derecho a desarrollar energía atómica para sus áreas civiles pero hasta tanto se niegue a responder las preguntas de la ONU, tal como viene sucediendo, tenemos derecho de pensar que quiere una bomba nuclear.


¿Puede convertirse en una amenaza real para Israel y Occidente?

Ya existe una amenaza porque hay más países en Medio Oriente con bombas, no sólo Irán. Lo que si sucederá es que Teherán luego de fabricarla será más agresivo aún y va a seguir amenazando al pueblo israelí. Sin embargo, no creo que el poderío iraní sea un peligro mortal para Israel, que es un país poderoso. Sí tenemos derecho a tener miedo a un gobierno que nos amenaza pero no vamos a desaparecer en sus manos.


Frente a una actitud más violenta por parte de Irán, ¿las sanciones seguirán siendo una herramienta válida o se deberá avanzar a otros mecanismos?

Las sanciones han sido muy efectivas. Si el gobierno iraní aún no tiene en sus manos una bomba atómica es por esas disposiciones. Es muy difícil para Irán acceder a la tecnología y la inteligencia necesarias para el desarrollo nuclear; construir una bomba no es una cosa fácil, se necesita mucha información y a Irán le ha costado mucho acceder a ella.

Pero hay que tener cuidado. Son necesarias sanciones más fuertes reconociendo los límites. No queremos sancionar como se hizo con Cuba, no queremos otra Cuba donde 40 años después todavía están los Castro. Necesitamos acciones fuertes pero inteligentes.


¿Le resulta alarmante la creciente presencia iraní en América Latina?

Irán tiene un interés porque se ve como un superpoder. A las potencias les gusta aliarse y Ahmadinejad vio que el gobierno de Hugo Chávez estaba buscando un aliado para alejarse de los Estados Unidos. El presidente venezolano, a su vez, quería un socio que no fuera capitalista, en estos días no se puede recurrir a Rusia porque es uno de los países más capitalista del mundo.

A Teherán, además, le sirvió para mandar un mensaje a la Casa Blanca: 'Ustedes llegaron a nuestro vecindario, nosotros también podemos hacer lo mismo'. Claro que la alianza sirve más a los intereses iraníes que a los venezolanos.


¿Cuál es el objetivo de Ahmadinejad en el poder, aspira a perpetuarse como otros gobernantes o busca imponerse como un líder regional?

Él es un político muy débil. No tiene autoridad en política externa ni sobre la seguridad. Eso depende del líder supremo Khamenei. Ahmadinejad como presidente quiere aumentar su autoridad porque en el país siempre ha habido una confusión entre el ayatolah y el mandatario y a veces uno interviene en el área del otro, las líneas no están tan claras.


En ese posible escenario de inestabilidad del régimen, ¿hay una fisura por la cual pueda surgir un movimiento similar al de la Primavera árabe?

Creo que si el ayatolah hubiera sabido que en 2009 Ahmadinejad iba a ganar fraudulentamente y la gente iba a salir a la calle, hubiera impedido ese triunfo.

Es muy difícil leer lo que va a hacer el pueblo iraní. Una revolución necesita un líder y sólo hay dos formas de conseguirlo. Una es desarrollar un liderazgo colectivo que lo da, hoy en día, Facebook. Pero en el país, el gobierno hizo un esfuerzo muy grande por monitorear todo lo que es Internet. De hecho están exportando esa capacidad a Siria. Entonces a esa red social o a Twitter la cierran y ya está. La otra opción es una persona capaz de encausar esos reclamos, pero los grandes opositores están más capacitados para realizar reformas.

Los iraníes tienen mucho miedo. Contrario a lo que ocurrió en Siria, en Irán hubo ya una revolución, en la década de 1970, y la gente vio que eso trajo sangre, miseria, tortura, cárcel, violaciones a hombres y mujeres; y personas que son peores que quienes estuvieron antes. Fue un shock. Aprendieron que la revolución no siempre lleva a donde se quiere, entendieron que los cambios hay que ir haciéndolos poco a poco. Esa es la razón por la que no vimos en Irán un estallido social como en otros países.


Respecto a las violaciones de los derechos humanos, ¿cuál debería ser la actitud de la comunidad internacional?

Una cosa que aprendimos de la Primavera árabe es que es mucho mejor formar relaciones con el pueblo que con los gobernantes. Israel lo aprendió con lo que pasó en Egipto. Lo más importante es lograr de la manera más efectiva un vínculo con la gente que tiene como prioridad el castigo a las personas que están violando sus derechos.

Es algo que se está empezando a hacer desde distintos países. Por ejemplo Brasil tiene relaciones menos fuertes con Irán y también Argentina. Pueden condicionar. Por ejemplo el gobierno argentino puede exigir a cambio del interés iraní en nuevos vínculos, la entrega de los responsables del atentado a la AMIA y el respeto a los derechos humanos en Irán.


El gobierno iraní se comprometió nuevamente a colaborar con la investigación por ese ataque, ¿ese anuncio puede enmarcarse en la necesidad de nuevas relaciones o es parte de la estrategia para seguir dilatando el esclarecimiento?

Irán no va a entregar a nadie. Pero también está muy preocupado porque su vínculo más grande con América Latina era Chávez. Ahora está enfermo y quién sabe si mantendrá como prioridad el nivel de relaciones actuales con Ahmadinejad. Eso va a cambiar, tiene preocupaciones más grandes como su cáncer, los conflictos internos en Venezuela y las elecciones de 2012.

La presencia iraní va a bajar. Los lazos con Ecuador, Bolivia y Nicaragua también se van a debilitar porque Irán no les entregó lo que prometió pero estos países mantenían sus consideraciones por la mediación de Chávez.

Por lo tanto el gobierno iraní necesita diversificarse y va a acudir a la Argentina.

Creo que eso sería una buena posibilidad para que la presidente Cristina Kirchner reclame justicia por el atentado, exija el respeto a los derechos humanos. Incluso ese país cuenta con algo que nadie más en el mundo tiene: Maradona. Un video de él subtitulado en persa donde transmita un mensaje de apoyo a los iraníes que luchan por el respeto a los derechos humanos, colgado a Youtube, tendría un efecto sobre la sociedad imposible de lograr por otras vías. 

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