sábado, 10 de septiembre de 2011

9711 'Sentí que arrancaron un pedazo de mi cuerpo' 11-S


10-09-11 | SOCIEDAD

'Sentí que arrancaron 

un pedazo de mi cuerpo' 



Brian Rose fotografió las Torres Gemelas desde la década de 1970 como parte de distintos proyectos. En diálogo con Infobae América, relató cómo fue recorrer una Nueva York sumida en la angustia y sin uno de sus espacios más característicos
Crédito foto: Brian Rose


A la desesperación y el dolor causados por el ataque terrorista al World Trade Center (WTC), le siguió un cambio dramático del rostro de la ciudad. Dos de los edificios más emblemáticos, visibles desde casi cualquier punto de la "Gran Manzana", habían desaparecido traumáticamente.

Entre los miles de neoyorquinos que se sentían perdidos en las calles que solían recorrer se encontraba Brian Rose, un fotógrafo arquitectónico que desde fines de 1970 tomó imágenes de las Torres Gemelas, muchas de las cuales publicó en su libro WTC (ver fotos relacionadas).

¿Qué sensación tuvo al recorrer la ciudad ya sin el World Trade Center?

Cuando regresé a Nueva York, una semana después de que las Torres Gemelas fueran destruidas, tuve la sensación de que un pedazo de mi propio cuerpo había sido arrancado. Cuando aterricé en el aeropuerto JFK era difícil ver hacia el horizonte el lugar donde estaban previamente. Durante semanas hubo un hedor que se cernía sobre el Bajo Manhattan, como si el fuego en lo profundo de los escombros siguiera ardiendo. Las imágenes de los aviones estrellándose contra los edificios siguen siendo difíciles de ver para mí y para muchos neoyorquinos. Es bueno observar el avance de la construcción, en el centro de la ciudad, del rascacielos exuberante diseñado por Frank Gehry y del tan esperado One World Trade Center.

¿Por qué había fotografiado el WTC durante tantos años?

Nunca "decidí" fotografiarlo. Fue algo que ocurrió a partir de una serie de proyectos, de tareas y simplemente de pasear por Manhattan con una cámara. Las primeras imágenes las realicé en una película diapositiva de 35 mm cuando aún era un estudiante. Luego fotografié el Lower East Side y las Torres Gemelas figuraron en varias imágenes. En 1981 el distrito financiero fue parte de un proyecto documental financiado por la National Endowment for the Arts. El WTC nunca fue el tema pero era inevitable teniendo en cuenta lo dominante que era en el horizonte. Dos semanas después de 9/11 hice algunas fotos de la reducción de Broadway y el monumento improvisado en Union Square Park. Además, comencé a coleccionar imágenes vernáculas de las Torres Gemelas -murales, carteles, calcomanías- y en los últimos años tomé imágenes en torno a la Zona Cero.

¿Cómo fue el regreso al trabajo con las Torres destruidas?

Con el tiempo las cosas volvieron a la normalidad en Nueva York. Yo estaba viviendo en Ámsterdam, yendo y viniendo a menudo, pero sentí más que nunca que ese era mi hogar. Poco después me mudé con mi familia a la ciudad.

¿El WTC era un punto de referencia para los residentes y visitantes de Nueva York? ¿Por qué?

Representaba cosas diferentes para los visitantes que para los neoyorquinos y, sin duda, significaba algo distinto para los terroristas que lo destruyeron. A muchos de los habitantes no les gustaron en sus primeros años porque eran grandes y banales. Pero a medida que pasó el tiempo, se convirtieron en una parte integral. Los residentes los aceptaron y vieron como algo importante para la imagen de la ciudad. Eran señales visuales, también. Cada vez que uno salía del metro, momentáneamente desorientado, un rápido vistazo a las Torres Gemelas te ayudaba a orientarte. Creo que para los visitantes fueron símbolo del orgullo americano y del poder. Eso fue lo que los terroristas reconocieron y fue el motivo por el cual su destrucción despertó una reacción tan visceral en la gente de todo el país. Los neoyorquinos suelen sorprenderse por esa percepción, nosotros lo vimos como algo más personal.

¿Está de acuerdo con la construcción del One World Trade Center?

Aproximadamente un año después del atentado, miles de ciudadanos participaron de un simposio sobre el futuro del sitio del WTC. Yo era uno de la mayoría que favoreció la reconstrucción. Otros querían que el sitio fuera un parque o un monumento. El deseo de reconstruir ganó. A veces tengo mis reservas acerca de la necesidad de edificios tan altos para reemplazar a las Torres Gemelas. Tal vez sería bueno un lugar tranquilo de reflexión en una parte de Manhattan. Pero al ver la nueva torre en aumento, tengo la esperanza de que representará nuestra fuerza como ciudad y no una imagen grandiosa de poder o superioridad. Será interesante ver cómo resulta todo.

¿Cree que los neoyorquinos van a incorporarlo a su imaginario de ciudad?

Al igual que el original WTC, la nueva torre y los otros edificios en el sitio finalmente se integrarán a la vida de Nueva York. Conde Nast, la empresa de medios, será el mayor arrendatario y la estación de tránsito, diseñada por Santiago Calatrava, dará la bienvenida a decenas de miles de personas todos los días. El monumento en conmemoración del 9/11 atraerá a turistas de todo el mundo. No tengo ninguna duda de que esto se convertirá en una parte vibrante de la ciudad. Me preocupan, sin embargo, aquellos que no pueden olvidar la ira generada por los ataques. Diez años después, los neoyorquinos siguieron adelante. De eso se trató siempre la ciudad: avanzar hacia el futuro. No estoy seguro de que el resto del país lo haya hecho.

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