sábado, 10 de septiembre de 2011

Primera década del siglo XXI fue la más pacífica de los últimos 100 años


11-09-11 | SOCIEDAD

Primera década 

del siglo XXI 

fue la más pacífica 

de los últimos 100 años




Pese al cúmulo de malas noticias, la década 2001-2011 fue menos mortífera que cualquier otra del 1900, dice la revista Herodote. Pero no hay que bajar la guardia porque los gérmenes de conflicto siguen presentes en el mundo
Crédito foto: AFP


André Larané, director de Herodote.net, un medio francés especializado en Historia, elaboró un informe comparativo del número de víctimas de conflictos bélicos en el período 2001-2011 respecto al siglo anterior. La sorpresa es que, contra lo que seguramente es la primera impresión generalizada, esta última década ha sido menos mortífera que las diez anteriores.

A continuación, el artículo de Herodote.


Atentados del 11 de septiembre: ¿inicio de un mundo apaciguado?

Abrimos el diario, encendemos la televisión. Henos aquí inundados de malas noticias. ¿Será que el mundo va de mal en peor? Para ver con más claridad esto, medimos la violencia guerrera de principios del siglo pasado a nuestros días.

Sorpresa. Descubrimos que los atentados del 11 de septiembre, por espectaculares que hayan sido, inauguraron el decenio menos violento que haya conocido el mundo desde 1910, incluso desde 1840, con una baja significativa del número de víctimas respecto a los decenios anteriores...

Nuestra investigación concierne a la violencia de Estado. Incluye todas las violencias que derivan de una decisión política o ideológica: guerras civiles, invasiones, hambrunas organizadas, terrorismo y atentados.

Excluye las violencias domésticas y la criminalidad ordinaria, así como otras fuentes de desgracia humana: miseria, injusticia social, violencia económica (por causa de subdesarrollo, opresión o explotación), así como las catástrofes (terremotos, accidentes de aviación...). Debido a sus causas, esas fuentes de desdicha no son comparables a la violencia guerrera.

Para una comparación pertinente de decenio a decenio, nos atuvimos al número de muertos imputables a esta violencia (civiles, militares, francotiradores, mercenarios). (...)

Las fuentes a las que nos remitimos dan evaluaciones aproximativas, en franjas más o menos amplias. Esto no cambia nada en nuestra constatación: menos de un millón de muertos en 2001-2010; netamente más en cada decenio anterior desde 1840.

Los dramas del año 2011 no han invertido la tendencia: los conflictos que han tenido lugar en Costa de Marfil, Siria, Yemen y Libia causaron en total algunos millares de víctimas,mucho menos que la criminalidad ordinaria en Brasil o en África del sur en el mismo año.

Más aún, las estadísticas (mortalidad infantil, esperanza de vida, analfabetismo) atestiguan que la violencia económica se atenúa igualmente en este comienzo de siglo XXI. Pero no hablamos aquí más que de una atenuación relativa a escala planetaria, sin prejuzgar sobre el porvenir y las amenazas que pesan sobre la humanidad (desórdenes financieros, recalentamiento climático).

La guerra hoy

En esta primera década del s.XXI, registramos tres zonas de conflicto:

La región Irak-Afganistán

En Irak, después de la invasión del 20 de marzo de 2003, el balance, muy variable según las fuentes, puede ser estimado en 200 mil muertes.

En Afganistán, desde la invasión del 7 de octubre de 2001, las víctimas se cuentan sobre todo entre los civiles (fuentes imprecisas: alrededor de 100 mil muertes).

Medio Oriente

El eco mediático de los enfrentamientos israelí-palestinos no tiene proporción con su violencia mortífera, felizmente muy modesta.

El este del Congo

Los grupos tutsis y hutus venidos de la vecina Ruanda se enfrentan todavía en esta zona; es tal vez la más conflictiva en la actualidad, pero con toda seguridad la menos mediática (algunas decenas o centenas de víctimas civiles cada semana, después de un pico extremo en la década anterior).

Recordemos también el drama de Darfur, en vías de reabsorción (200 mil a 300 mil víctimas).

Mencionemos además a Somalia, un territorio sin gobierno librado a bandas y a piratas. La guerra de Georgia, por ejemplo, ocasionó algunos centenares de víctimas.

En Occidente, la ola de terrorismo islámico se saldó con un total de alrededor de 4 mil asesinatos entre 2001 y 2005 (Nueva York y Washington, Madrid, Londres).

La actualidad mediática se alimenta igualmente de conflictos menores: disturbios en Lhassa y Maputo, bombas en Bilbao, guerra en Libia, golpes de Estado o revoluciones aquí y allá... De un decenio al otro, este "ruido de fondo" se salda en total con algunos millares de dramas individuales; es estadísticamente insignificante, incluso en comparación con la violencia ordinaria (homicidios, accidentes viales...).

Recapitulemos entonces la violencia de Estado: Irak (200 mil), Darfur (entre 200 mil y 300 mil ), Afganistán (100 mil), Congo (entre 100 mil y 200 mil), otros conflictos y crisis (100 mil).

Tomando en consideración las importantes incertezas sobre el recuento de víctimas, esos conflictos y dramas, por intolerables que sean, arrojan en definitiva, para el período 2001-2011, menos de un millón de muertos en total.

El pasado fue más mortífero que el presente

Mucho más belicistas resultan los decenios precedentes con, cada vez, un total superior a un millón de muertos (dos millones o más en la mayoría de los casos, incluyendo los años 1990):

Años 1990: Chechenia, Ruanda y Grandes Lagos (800 mil víctimas de genocidio y de 2 a 5 millones en la guerra que le siguió en el Congo-Zaire), Liberia, Eritrea-Etiopía, Yugoslavia, Guerra del Golfo y bloqueo de Irak, ofensiva de los talibanes en Afganistán.

La última década del siglo XX fue de una violencia sin proporciones con la primera del siglo XXI; si ya lo olvidamos, fue sin duda porque los conflictos en el corazón del África tuvieron menos resonancia mediática que los atentados del 11 de septiembre de 2001 sobre suelo estadounidense.

Años 1980: Irak-Irán (cerca de un millón de muertos), guerra de independencia de Eritrea, invasión de Afganistán por los soviéticos (alrededor de 100 mil de muertos), guerra de Malvinas...

A pesar del muy agudo conflicto Irak-Irán, este decenio resultó ser el menos mortífero del siglo XX.

Años 1970: Vietnam, Camboya (1,5 a 2,2 millones de víctimas), Angola, Bangladesh...

Años 1960: guerra China-India, guerra de Vietnam, Indonesia, Revolución cultural (China, varios millones de víctimas), Congo, Biafra (cerca de un millón de víctimas)...

Años 1950: Corea (2 a 5 millones de víctimas), Indochina, Argelia, Gran Salto Adelante (China, varios millones de muertos)...

¿Es necesario retroceder hasta comienzos del siglo XX?

Años 1940: La Segunda Guerra Mundial (50 millones de muertos) fue seguida por la escisión indo-pakistaní (un millón de muertos), etc.

Años 1930: Gulag en URSS, hambruna en Ucrania (6 millones de muertos), guerra civil e invasión japonesa en China, Guerra Civil Española, Guerra del Chaco...

Años 1920: Guerras civiles en Rusia, en China, en Hungría, en México.

Años 1910: La Gran Guerra (1ª Guerra Mundial con 10 millones de muertos) y algunos conflictos secundarios, como las guerras balcánicas.

(.......................................)

Una violencia que se ha vuelto insoportable

Después de las constataciones hechas hasta aquí, ¿cómo explicar que hoy en día tengamos la sensación de una violencia sin par?

Sin duda, somos tanto más sensibles a la violencia cuanto más infrecuente se ha vuelto; paradoja señalada por Tocqueville a propósito de los privilegios feudales: éstos dejaron de ser tolerados a partir del momento en que se volvieron marginales.

¿Quizá somos también víctimas de una forma de saturación mediática? Día tras día, los diarios y la televisión deben llenar sus páginas e informativos, al punto que el abordaje de un barco humanitario por los israelíes ocupa casi tantas páginas de los periódicos del mundo entero como las batalla de Stalingrado en 1943 con sus 2 millones de muertos.  

Las razones de la paz

Dejemos a los sociólogos el cuidado de identificar las razones de la paz reencontrada, por más relativa que ésta sea.

¿Radican tal vez en el increíble crecimiento económico del que se han beneficiado los países asiáticos, sudamericanos y, en menor medida, africanos y orientales? ¿Quizá en la "modernización" de las costumbres en Asia y en Medio Oriente, con índices de fecundidad que se acercan a los occidentales? ¿Se es menos proclive al conflicto cuando se tienen sólo uno o dos niños y una razonable esperanza de ofrecerles un porvenir próspero?

Sea como fuere, nuestra constatación coincide con el análisis premonitorio del historiador Emmanuel Todd, en Après l'Empire (Después del Imperio, 2002, Gallimard), sobre un mundo en vías de apaciguamiento. Hay con qué reconfortar a los hombres y mujeres de paz que luchan sin tregua en la vida cotidiana, en los gobiernos y en las instituciones internacionales para ahogar tanto como se pueda los gérmenes de conflicto.

Mantengámonos vigilantes, sin embargo. Aunque los hombres se matan poco entre sí en el mundo actual, éste no se ha vuelto por ello pacífico. Las tensiones sociales y los desequilibrios internacionales son más grandes que nunca. El egoísmo de los que más tienen recuerda a la Belle Epoque, ese primer decenio del siglo XX, relativamente apacible... y que precedió a la Gran Guerra y a la Revolución Bolchevique.

André Larané

(Traducción de Infobae América)

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