Azcárraga contra Cussi
un pleito tortuoso
Jenaro Villamil
Jenaro Villamil
En su número 1737, Proceso adelantó las operaciones de Emilio Azcárraga Jean para despojar a Paula Cussi de sus acciones en Televisa. A continuación, el texto:
MÉXICO, D.F., 16 de febrero (Proceso).- Un mes después de la muerte de Emilio Azcárraga Milmo, en mayo de 1997, su heredero Emilio Azcárraga Jean notificó ante la Securities Exchange Commision (SEC), organismo regulador del mercado bursátil de Estados Unidos, que había incrementado su participación accionaria de 10 a 50.3% sobre el capital de Televicentro, controladora de Grupo Televisa.
Esa operación se halla consignada en documentos entregados entonces a Proceso en torno a la demanda que hace dos años interpuso Paula Cussi en contra de Azcárraga Jean por el presunto despojo de la sexta parte que le correspondía del legado de Azcárraga Milmo.
En su edición 1605, este semanario informó que Paula Cussi, la última esposa de Azcárraga Milmo, emprendió dicho recurso legal el 9 de enero de 2007 ante la juez 62 de lo Civil en el Distrito Federal, Yolanda Morales Romero. Ella argumenta que hubo una maquinación para despojarla del 16.6666% que le correspondía del legado, así como para autorizar pagos y compras de acciones y Certificados de Participación Ordinaria (CPO). De esta manera, Azcárraga Jean pudo tener el control del consorcio sin cumplir con el reparto de bienes y acciones en las tres empresas vinculadas a Televisa: Grupo Televicentro, Grupo Alameda y Grupo Triple C.
Dos años después, tras múltiples presiones a 40 codemandados, incluyendo a los albaceas de la sucesión de Azcárraga Milmo, a las hermanas y primos de Azcárraga Jean, a funcionarios y exsocios de Televisa, la juez Morales Romero ya concluyó el periodo de respuesta y el abogado de Paula Cussi, César García Méndez, presentó nuevas pruebas.
Entre los documentos entregados por García Méndez se encuentran los reportes de la SEC que demuestran que al 16 abril de 1997, cuando murió Azcárraga Milmo, su hijo Emilio era propietario de 10% de las acciones, al igual que Paula Cussi Presa Matute; Alejandro Burillo Azcárraga poseía 14%; Miguel Alemán Velasco 8.3%; Miguel Alemán Magnani 6.1%; José Antonio Cañedo White 5.1%, y Guillermo Cañedo White 5.1%.
Según el informe anual de la SEC, con fecha 31 de diciembre de 1997, Azcárraga Jean elevó de 10 a 50% su participación accionaria en Televicentro y adquirió también 21.2% del capital que estaba en manos de Fernando Díez Barroso.
El representante legal de Cussi argumenta: “Dicho incremento no pudo jurídicamente haber tenido lugar derivado del hecho de que no se había abierto aún la sucesión de Azcárraga Milmo (lo que implica que sus bienes permanecían en el patrimonio de la sucesión); no se había llevado a cabo inventario ni avalúo del caudal hereditario y, por lo tanto, las acciones de Grupo Televicentro, Grupo Triple C, así como los CPO de Televisa, se encontraban en posesión de los albaceas testamentarios”.
Agrega que a los albaceas Julio Barba Hurtado y Rubén Fuentes Colín les corresponde explicar cómo fue posible que el mismo año de la muerte de Azcárraga Milmo, su hijo Emilio se ostentara ante las autoridades de Estados Unidos como titular de 50.3% de las acciones de Grupo Televicentro ,y por lo tanto, del control de Grupo Televisa.
En su alegato, García Méndez asegura que otras operaciones efectuadas posteriormente, como la venta de Grupo Triple C a Grupo Televicentro de un total de 3 millones y medio de acciones de Grupo Alameda, fueron realizadas sin la autorización de los legatarios y con el objetivo de despojar a Paula Cussi de los derechos inherentes a las acciones de Grupo Triple C, que formaban parte del legado de Azcárraga Milmo. El testamento del magnate fue formalizado el 18 de enero de 1996 ante el notario Juan Manuel García de Quevedo y Cortina.
“Se actualiza así la hipótesis a que se refiere el artículo 2180 del Código Civil para el Distrito Federal; esto es, la venta de acciones aludida deviene nula por resultar un acto simulado, que nada tiene de real, toda vez que el acto no es sino el encubrimiento de la verdadera finalidad perseguida por el señor Azcárraga Jean de obtener el control accionario de Grupo Televisa, como de hecho lo consiguió”, plantea García Méndez.
Asimismo, comenta que la juez Morales Romero ya admitió el trámite para el desahogo de pruebas documentales que se realizará durante el periodo probatorio, que inicia en marzo próximo.
Panamsat y Univisión
Los reportes que Grupo Televisa presentó ante la SEC en 1997 y 1998, abunda García Méndez, permiten establecer que la venta de acciones de las empresas Panamsat y Univisión constituye “otro de los ilícitos que repercutieron negativamente en el patrimonio” de la demandante.
A mediados de 1997, Azcárraga Jean enajenó diversos activos de Univisión y Panamsat. El argumento: las múltiples deudas y el riesgo de quiebra de Televisa después de la muerte de su padre. Esta maniobra se realizó sin la autorización del consejo de administración o de la asamblea de accionistas, en los porcentajes que el propio Grupo Televisa informó ante el organismo regulador estadunidense.
En particular destaca la venta de la empresa satelital Panamsat, en la cual Televisa tenía una participación de 40.5%, y que fue vendida en el segundo trimestre de 1997 a la empresa Hughes Electronics, subsidiaria de General Motors. Un comunicado de Banamex-Accival dio a conocer que el monto de esta operación ascendió a 600 millones de dólares.
El abogado de Paula Cussi refiere que esa transacción “coincidió curiosamente con la fecha en que se registró el aumento del capital en Grupo Televicentro, lo cual nos lleva a concluir que el producto de la venta de acciones propiedad de Grupo Televisa fue indebidamente sustraído de la tesorería de esta última y utilizado por Azcárraga Jean para suscribir gran parte del aumento de capital de Grupo Televicentro, acordado en la asamblea de accionistas del 30 de mayo de 1997”.
La sucesión Azcárraga:
más argucias, más dinero, más poder...
Jenaro Villamil
Jenaro Villamil
En el ya larguísimo proceso legal relacionado con la fortuna heredada por Emilio Azcárraga Milmo se detectó un cúmulo de irregularidades que presuntamente favorecen a su hijo, Emilio Azcárraga Jean, en perjuicio de Paula Cusi, viuda de El Tigre, y que explican el inmenso poder económico acumulado por el junior. De acuerdo con peritajes contables, un débito personal del actual dueño de Televisa por 20 millones de dólares fue incorporado como deuda de la sucesión con Banco Inbursa y se sumó a una deuda anterior de 40 millones de dólares que Azcárraga Milmo había contraído con la institución financiera de Carlos Slim.
MÉXICO, D.F., 15 de enero (Proceso).- Con estratagemas jurídicas y financieras que pueden constituir delitos fiscales o presuntos fraudes civiles, Emilio Azcárraga Jean pasó de tener 10% a 50.3% de las acciones de Grupo Televisa, sin que concluyera el proceso de reparto de la herencia de su padre Emilio Azcárraga Milmo, e incrementó de manera arbitraria de 242 millones a 519 millones de dólares los pasivos de la sucesión, según revelan los últimos documentos del litigio interpuesto por Paula Cusi, viuda de El Tigre, ante el juzgado 62 de lo Civil en el Distrito Federal.
De acuerdo con el peritaje realizado en diciembre último por el contador Gilberto Centeno Mota, una de las irregularidades más importantes fue que, como deuda de la sucesión, en febrero de 1998 se incorporó un débito personal de 20 millones de dólares de Emilio Azcárraga Jean con Banco Inbursa, sumándose a la deuda anterior de 40 millones de dólares que contrajo su padre con la institución financiera de Carlos Slim.
Slim, a través de Banco Inbursa, pasó a convertirse de acreedor a socio y segundo accionista mayoritario de Televisa, hasta el rompimiento del dueño de Grupo Carso con Azcárraga Jean, ocurrido a principios de 2006.
“El pasivo reconocido por la sucesión es incorrecto porque reconoció pasivos que no corresponden al señor Emilio Azcárraga Milmo”, estableció el peritaje.
En sus respuestas, tanto los albaceas de la sucesión, Julio Barba Hurtado y Rubén Fuentes Colín, como los abogados de Azcárraga Jean argumentaron que este débito es válido porque se trasladó a un fondo off shore, conocido como Romeo, S.A., radicado en la República de Liberia, y cuyo titular era Emilio Azcárraga Milmo.
Sin embargo, el inventario de la sucesión “no hace referencia a la tenencia de acciones y/o derechos, titularidad y participación que el señor Emilio Azcárraga Milmo tenía en la sociedad denominada Romeo, S.A., constituida en la República de Liberia”, advierte Centeno Mota.
La existencia de este fondo off shore es una de las revelaciones más importantes del litigio que inició formalmente el 9 de enero de 2007 (Proceso 1605) y que se ha prolongado ante la juez 62 de lo Civil en el Distrito Federal.
Barba Hurtado presentó como prueba de esta deuda un documento, fechado el 16 de octubre de 1996, dirigido al Morgan Guaranty Trust Corporation de Nueva York, para remitir fondos del crédito a una cuenta cuyo titular es Romeo, S.A. El peritaje establece que en ese documento no se establece monto del préstamo ni fecha de suscripción ni de vencimiento.
“No hay forma de corroborar si Romeo, S.A., era el titular de la cuenta 600 06 698 del Morgan Guaranty Trust Co. of New York señalada en la carta de instrucción de remisión de fondos del 16 de octubre de 1996. Este documento de ninguna manera constituye una evidencia de naturaleza contable”, afirma Centeno Mota.
Para el abogado César García, quien encabeza el litigio de Paula Cusi, la existencia de Romeo, S.A., es una de las irregularidades más delicadas: “Emilio Azcárraga Jean contrató créditos y los trasladó a Romeo, S.A., ¿Cómo acreditas que pasaste un débito de 20 millones de dólares? ¿Por qué los metió a los pasivos de la sucesión de su padre? Tan sólo la declaración y el reconocimiento de los albaceas y de los abogados de Azcárraga Jean de que existe una empresa off shore constituye un delito fiscal”.
Más anomalías
Otras irregularidades expuestas en el peritaje al que tuvo acceso este semanario son las siguientes:
–La sucesión no realizó un “inventario detallado, integral y formal de los bienes de Emilio Azcárraga Milmo, incluyendo el registro de los Certificados de Participación Ordinaria (CPO’s) de Televisa, así como otras acciones y derechos de cobro”.
–“La sucesión no tuvo control adecuado del total de activos y pasivos”, como la omisión de registrar y reconocer activos importantes de Azcárraga Milmo, como la cuenta por cobrar al señor Guillermo Cañedo White por 13.5 millones de dólares. “No existe evidencia de que la sucesión haya cobrado los intereses derivados del adeudo reconocido por el señor Emilio Azcárraga Jean por 918 mil 979 dólares. No fue posible determinar la disposición y destino final de 5,710,315 CPO’s”, establece el peritaje.
–“No hubo proceso de rendición de cuentas detallado del desarrollo y estado real de la sucesión”, a pesar de constantes peticiones de información de Paula Cusi.
–“La sucesión reconoció pasivos de terceros y no existe evidencia de que se hayan intentado recuperar obligaciones, ahora de la sucesión, originadas por terceros”. En este rubro se ejemplifica con el caso de los 20 millones de dólares de adeudo de Azcárraga Jean con Banco Inbursa y 50 millones 378 mil dólares con Banco Santander, así como 25 millones 771 mil dólares con Florentino Montes Medina correspondientes al adeudo que tenía con Banca Serfin.
–“La sucesión permitió a terceros cobrar adeudos a favor de la sucesión sin autorización o mandato”, como el caso del cobro de Azcárraga Jean de adeudos por 14 millones 138 mil pesos al señor Guillermo Cañedo White.
–“La sucesión celebró convenios modificatorios agravando condiciones originalmente pactadas con altas probabilidades de ser incumplidos y de generar excesivos costos por daños y perjuicios.”
–“La sucesión pactó una supuesta ‘indemnización’ por los daños y perjuicios causados por la sucesión muy significativa y sin relación a ningún parámetro económico que pudiera ser justificada”. Es el caso del pago de 122 millones de dólares a las señoras Diez Barroso, por concepto de “indemnización por daños y perjuicios”.
El adeudo con la familia Diez Barroso, encabezada por Laura Azcárraga, hermana de El Tigre y madre de Fernando Diez Barroso, fue conocida como Deuda Alameda. En su origen, fue de 600 millones de dólares y ascendió a mil 400 millones, de los cuales 700 mil eran pasivos a cargo de Grupo Televicentro y 700 mil adquiridos a cuenta de la participación accionaria del propio Azcárraga Milmo. Los Diez Barroso reclamaban el pago de más de 300 millones de dólares de esa deuda o, a cambio, exigían tener un mayor porcentaje accionario en Grupo Televisa, que les hubiera permitido ejercer el control de la compañía y desplazar a Emilio Azcárraga Jean.
El 25 de enero de 1999, Televisa anunció que había adquirido la totalidad del capital de Grupo Alameda por 230 millones de dólares. La operación incluyó la reestructuración de la deuda y esto le permitió a Azcárraga Jean conseguir 4.19% más del capital accionario de Televisa.
En su demanda, Paula Cusi alega que la reestructuración de la deuda de Grupo Alameda se realizó sin contar con la autorización de los otros legatarios, empezando por ella. En los documentos se acredita que se les pagó 122 millones de dólares y los Diez Barroso no volvieron a desafiar el control accionario de Azcárraga Jean en Televisa.
–“Las empresas demandadas (Grupo Televicentro, Grupo Alameda y Grupo Triple C) aprovecharon el proceso de sucesión para reestructurar los pasivos de las compañías y de algunos accionistas, en perjuicio de los intereses de la sucesión.”
El abogado César García argumentó que este incremento de los pasivos de la sucesión se realizaron con el objetivo de declarar “en quiebra” a Grupo Televisa y no cumplir con el testamento de Azcárraga Milmo, que dividió en seis partes iguales su fortuna, correspondientes a las acciones que poseía en tres empresas ejes del consorcio mediático: Grupo Televicentro, Grupo Triple C y Grupo Televisa.
El incremento de los pasivos, la recompra de acciones y las negociaciones con sus hermanas y hermanastras, así como con la familia Diez Barroso y con Adriana Abascal, la última pareja sentimental de su padre, le permitió a Azcárraga Jean incrementar de 10% a 50.3% su posición accionaria en Televisa, porcentaje mayor al que tuvo el propio Tigre, quien falleció con 47% del control accionario de la empresa.
Azcárraga Jean no acudirá a tribunales
El complejo y largo proceso del juicio sucesorio ha beneficiado, por ahora, a Emilio Azcárraga Jean, quien ni siquiera tendrá que presentarse ante el juzgado ni será requerido por el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en cuyas instalaciones se realiza el desahogo de pruebas.
El 11 de octubre de 2010, el magistrado de la cuarta sala de lo civil, Juan Lara Domínguez, revocó a favor de Azcárraga Jean la admisión de la prueba, por lo que el actual presidente de Televisa no tendrá que presentarse ante los tribunales.
Para el abogado César Méndez, lo anterior constituye un “fraude a la ley”, una estrategia para “realizar una serie de acciones que hagan inoperante a la ley”. La defensa de Paula Cusi presentará un amparo ante esta resolución, pero sólo se podrá revocar hasta que exista la sentencia.
El próximo 23 de enero, Paula Cusi se presentará en las instalaciones del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal para ofrecer la prueba confesional.
Los dos albaceas de la sucesión de Azcárraga Milmo argumentaron en sus declaraciones del 27 de septiembre de 2010 ante el juzgado que Paula Cusi “se negó a colaborar” y tuvo una “actitud hostil”; por tanto, se le excluyó del reconocimiento de los otros legatarios frente a la deuda de Banco Inbursa.
Incluso, afirman que al vender 10% de sus acciones a Azcárraga Jean, Paula Cusi facilitó que él obtuviera el control de Grupo Televicentro y Grupo Televisa después de la muerte de su padre.
Sin embargo, los albaceas afirmaron que no votaron a favor del aumento del capital del 30 de mayo de 1997 “sin autorización de todos los herederos y legatarios de la sucesión de bienes del señor Emilio Azcárraga Milmo”, y afirmaron que ante la insolvencia de Televisa no presentaron formalmente a los herederos y legatarios el inventario de CPO’s, propiedad de El Tigre.
La pregunta 112 a los albaceas mancomunados de la sucesión de Azcárraga Milmo, la última del largo interrogatorio del 27 de septiembre, fue la siguiente:
“¿Que usted supo y estuvo de acuerdo en la venta de acciones de Panamsat y Univisión, propiedad del señor Emilio Azcárraga Milmo, lo que trajo consigo un beneficio económico a favor del señor Emilio Azcárraga Jean?”
La respuesta de Julio Barba Hurtado fue “no”.
(*) Este texto se publicó en la edición 1785 de la revista Proceso.
Mi detención
es un secuestro: Paula Cussi
Jenaro Villamil
Jenaro Villamil
MÉXICO, DF., 25 de abril (apro).- Paula Cussi calificó como un “secuestro” su detención y posterior arraigo en las instalaciones del penal de Santa Martha Acatitla, al tiempo que el procurador capitalino Miguel Angel Mancera, confirmó la detención de Cussi, a las puertas del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, afirmando que fue “en cumplimiento de una orden de aprehensión” librada por el juzgado 69 de lo penal en Santa Martha Acatitla.
Paula Cusi |
En una llamada telefónica que logró hacer a sus parientes y a su abogado Ernesto Canales, desde la cárcel de Santa Martha Acatitla, Cussi consideró que fue “secuestrada” por 8 agentes de la procuraduría capitalina, en el momento que apenas iba a rendir sus declaraciones en el desahogo de pruebas del juicio civil que interpuso contra Emilio Azcárraga Jean por presunto despojo e incumplimiento del reparto de la sexta parte de la herencia de Emilio Azcárraga Milmo, su ex esposo fallecido el 16 de abril de 1997.
Miguel Angel Mancera |
“No existió ningún tipo de citatorio que hiciera del conocimiento de Paula Cussi las imputaciones en su contra ni tampoco la existencia de una denuncia en contra suya”, advirtió el abogado César García Méndez, quien ha llevado el litigio que la viuda de El Tigre interpuso en contra de Emilio Azcárraga Jean desde enero de 2007.
-El abogado Alfonso Aguilar Zínser, quien encabeza la acusación de una de las empresas filiales de Televisa, afirma que el delito de Paula Cussi es grave porque fue continuado a lo largo de las audiencias del juicio civil– se le comenta a García Méndez.
-Eso es falso. La audiencia es un proceso que inicia y termina como un acto jurídico, pero no se puede imputar en relación a la falsedad de declaraciones ni conductas continuadas porque apenas iban a continuar las audiencias de Paula Cussi.
“Resulta falso el argumento esgrimido por la parte acusadora y que tan rápidamente hizo suyo el procurador capitalino (Miguel Angel Mancera”, abundó, entrevistado en los pasillos del juzgado 69 de lo penal en Santa Martha Acatitla.
“Resulta atroz que una persona, en el ejercicio de sus derechos, concurra ante las instancias jurisdiccionales a efecto de obtener una pronta impartición de la justicia y que como consecuencia de las presiones de la parte demandada (Televisa) termine siendo objeto de una orden de aprehensión con la amenaza de una calificación grave”, reflexionó García Méndez.
-Hasta donde ustedes han documentado, el juicio por el litigio de la herencia de Azcárraga Milmo ha tenido varias irregularidades. ¿Cuáles han sido éstas? –se le cuestiona.
-La última de las irregularidades consiste en que después de 4 años de estar el juicio en conocimiento de la juez Yolanda Morales Romero, sin ningún fundamento ni causa fue cambiada de adscripción asignándole el caso que se ha ventilado durante 4 años a una nueva persona totalmente ajena a los detalles de la demanda.
“Debe resaltarse también que nosotros demandamos a los albaceas de la sucesión de Azcárraga Milmo por falsedad de declaraciones, el mismo delito que se le imputa a Paula Cussi, sin que hasta el momento se haya integrado la averiguación previa. Y nosotros lo hicimos varios meses antes.
“En menos de dos meses, los abogados de Televisa lograron denunciar, integrar, consignar y obtener ante un juez una orden de aprehensión sin que el ministerio público haya solicitado ninguna constancia del juzgado ni la comparecencia de la inculpada”.
En las instalaciones del penal de Santa Martha Acatitla también estaba el equipo jurídico de Televisa, encabezado por Alejandro Bustos, así como el penalista Alonso Aguilar Zínser, quien reiteró que sí hubo una notificación previa “en alguno de los domicilios” de Paula Cussi.
Adriana Abascal |
Cussi fue la pareja sentimental de Azcárraga Milmo durante más de 25 años. Cuatro años antes de fallecer Azcárraga Milmo se separó de Cussi, pero nunca se divorció oficialmente de ella. Mantuvo un romance con Adriana Abascal, exreina de la belleza, quien inicialmente también interpuso una demanda por el reparto de la herencia, pero luego llegó a un arreglo con los abogados de Televisa.
Emilio Azcárraga Jean, hijo de Nadine Jean y de Emilio Azcárraga Milmo, ha señalado que Televisa estaba “quebrada” al momento de morir su padre y que, por esta razón, el reparto de la herencia no se realizó conforme a lo estipulado en el testamento de El Tigre.
Televisa Después de El Tigre, la Herencia y el Litigio
Escrito por Jenaro Villamil el 30 abril 2011 a las 12:52 pm en Destacadas, Otros textos
El 18 de enero de 1996, Emilio Azcárraga Milmo, El Tigre,firmó ante el notario Juan Manuel García de Quevedo y Cortina su testamento. Dividió en seis partes iguales su fortuna (16.66 por ciento), correspondiente a las acciones que él detentaba en Grupo Televicentro, Grupo Triple C y Grupo Televisa.
El reparto se dividió entre los siguientes personajes: Paula Cussi, su esposa desde 1970, así como sus tres hijas (Alejandra Patricia, Ariana Cristiana, Carla Laura), su único hijo varón (Emilio Azcárraga Jean) y su última pareja sentimental, Adriana Abascal.
El 3 de marzo de 1997, un mes antes de fallecer, El Tigreoperó la parte más complicada de su herencia: traspasó el mando del consorcio a su hijo, Emilio Azcárraga Jean, a quien nombró director general, y a Guillermo Cañedo White, como presidente del Consejo de Administración.
Esa duplicidad de funciones complicaron los primeros meses de conducción del imperio televisivo, pero para inicios de 1998, Azcárraga Jean ya tenía los hilos del control de Televisa: reportó ante la autoridad bursátil norteamericana que había pasado de tener el 10 al 50.3 por ciento del consorcio. Apoyado por el gobierno de Ernesto Zedillo y con créditos otorgados por Banco Inbursa y otras instituciones financieras, el heredero de El Tigreadquirió las acciones de sus primos los Diez Barroso, y se vendieron las partes correspondientes de la familia Alemán, de los Cañedo White, de Alejandro Burillo Azcárraga e, incluso, el 10 por ciento de Paula Cussi.
Sin embargo, el reparto del legado de El Tigre dejó inconformes a las dos herederas que no formaban parte de la dinastía Azcárraga: a la ex reina de la belleza, Adriana Abascal, y a la última esposa legal, Paula Cussi.
La primera se desitió pronto de la demanda por presunto despojo que interpuso ante el juzgado 33 de lo civil familiar. Abascal argumentó que existió un presunto fraude que consistió en la manipulación de la compra-venta de los Certificados de Participación Ordinaria (CPO) y que se modificaron en su perjuicio 108 millones 267 mil CPo’s, con valor de 90 millones de dólares. Televisa presionó y logró un acuerdo con Abascal. La ex modelo desistió, se fue del país y se casó con el principal accionista de la empresa española Telefónica.
La inconformidad de Paula Cussi esperó diez años para llegar a los tribunales. En términos muy similares a los de Abascal, Cussi presentó una demanda por presunto despojo de la sexta parte que le correspondía de las acciones legadas por Azcárraga Milmo, pero incorporó otros elementos que obligaban a abrir las cuentas de los activos y pasivos de Televisa, así como el famoso crédito de 40 millones de dólares que le otorgó Banco Inbursa, de Carlos Slim, a El Tigre y que luego se convirtieron en 60 millones de dólares de pasivos.
El argumento central de la demanda civil de Cussi fue que los albaceas de la sucesión de Azcárraga Milmo –Rubén Fuentes Colín y Julio Barba Hurtado-, permitieron la compra-venta de acciones del legado de El Tigre sin que antes concluyera el reparto de la herencia, se hiciera el inventario de bienes y se conocieran las dimensiones de la situación financiera y fiscal del emporio televisivo.
Cussi alegó que de manera conjunta con los albaceas, otros accionistas, instituciones financieras y autoridades bursátiles Azcárraga Jean incrementó de manera arbitraria los pasivos de la sucesión, al pasar de 242 millones a 519 millones de dólares, para incumplir con el reparto del legado y tener el control de Televisa.
La demanda lo acusó de vender “ilíctamente” los activos de Univisión y Panamsat, sin la autorización del Consejo de Administración o de la Asamblea de Accionistas, así como de reestructurar a su favor la Deuda Alameda –como se conocía al débito con sus primos, los Diez Barroso-, sin contar con la autorización de los otros legatarios.
En otras palabras, el litigio no sólo arrojaba luces sobre el proceso de sucesión testamentaria sino de la operación política y de Estado para lograr que durante la administración de Ernesto Zedillo, el control de Televisa quedara en manos de Azcárraga Jean.
Proceso tuvo acceso a los detalles del juicio desde su inicio, a través de la demanda de Paula Cussi, de 160 fojas originales. Los representantes de Televisa desistieron dar su versión argumentando que “no es un asunto institucional” sino un litigio privado (ver Proceso, No. 1605).
En enero del 2011, los últimos avances de este juicio documentaban distintas irregularidades. Entre los puntos espinosos que se ventilaron durante el juicio civil estuvieron:
-Se incorporó a la deuda de la sucesión un crédito por 20 millones de dólares que Emilio Azcárraga Jean contrajo con Banco Inbursa, sumándose al crédito anterior por 40 millones de dólares que contrajo su padre. Los abogados de Televisa argumentaron que ese débito era válido porque se trasladó a un fondo off shore, conocido como Romeo S.A., radicado en la República de Liberia (ver Proceso, No. 1785).
-La sucesión no realizó “un inventario detallado, integral y formal de los bienes” de Azcárraga Milmo, incluyendo el registro de CPO’s. Se elevaron los pasivos para dar la impresión de que se trataba de una sucesión “quebrada” y se omitió registrar y reconocer activos importantes.
-En sus declaraciones ante la juez los albaceas mancomunados de la sucesión, Julio Barba Hurtado y Rubén Fuentes Colín, tuvieron varias contradicciones en sus respuestas. Por ejemplo, mientras el primero negó haber reconocido que la deuda con Inbursa era superior a 40 millones de dólares, Fuentes Colín admitió que sí porque el crédito se dividió en dos pagarés. “Un día antes de la muerte de Azcárraga Milmo, nosotros teníamos un poder amplísmo que nos facultaba para hacer lo que hicimos”, declaró Fuentes Colín.
-El despacho de contadores Chávez Ruiz Zamarripa y Compañía S.C. entregó a los albaceas un informe sobre los pasivos y activos iniciales de la sucesión, pero Barba Hurtado dijo que sí firmó el reporte y Fuentes Colín lo negó. Barba Hurtado afirmó ante el juez que envió toda la información a Ignacio Armida, pero que Paula Cussi se negó a firmar.
Este informe del despacho de contadores originó la demanda y posterior aprehensión contra Paula Cussi, acusada de falsedad de declaraciones. En contraste, las más de 40 contradicciones en que incurrieron los albaceas no prosperaron como demanda penal, interpuesta seis meses antes por los abogados de la viuda de El Tigre.
Por ahora, esta parte de la historia queda cancelada. Cussi y sus abogados firmaron un acuerdo para desistirse del juicio civil 27/2007. Firmaron un acuerdo de confidencialidad. Se desconoce si Televisa reconoció el pago de una parte de los 500 millones de dólares que Cussi demandó como pago por la sexta parte de la herencia que le correspondía.
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