lunes, 11 de julio de 2011

Italia, una víctima previsible de la crisis europea

11-07-11 | POLÍTICA

Italia, una víctima 

previsible 

de la crisis europea





Un cóctel de déficit fiscal y alta evasión, falta de credibilidad política y un contagio de Grecia ponen en la mira a la tercera economía de Europa. ¿Demasiado grande para caer con una deuda de más de US$ 2 billones?


El mundo cae en la cuenta de que Italia puede ser el siguiente país por rescatar. Objetivamente, ahora sale a la luz lo que siempre se supo: el endeudamiento italiano es peor que el de Grecia y el de Portugal, países que ya fueron rescatados por la UE y el FMI.

¿Por qué la bota sobrevivió hasta ahora? Es la tercera economía de Europa y su caída arrastraría a sus principales socios comerciales, Alemania y Francia, en ese orden.

El deterioro económico es evidente desde hace tiempo. No por azar es parte de los denominados PIGS, cerdo en inglés, junto con Portugal, España y Grecia. 

Desde hace 10 años que el crecimiento es muy bajo. El Producto Interior Bruto aumentó un 0,1% en el primer trimestre del año en comparación con los últimos tres meses de 2010, según los datos definitivos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística Italiano (ISTAT). Para todo el año se espera una magra alza de 0,5 por ciento.

Este lento andar más una evasión fiscal anual estimada en 30 mil millones de eurospone en riesgo el pago de su deuda, la gran preocupación de los inversores sobre varios países europeos. Tres amnistías fiscales en nueve años parecen celebrarla.

En el caso de que la economía italiana no crezca por encima del 1%, los ingresos fiscales caerán e Italia no será capaz de cumplir sus objetivos de déficit, según la Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico. El rojo fiscal pasó de 1,7% del PBI en 2007 a 5% en 2010.

Lo peor de todo es que la economía italiana es mayor que la española y que España es un país que se considera demasiado grande para dejarlo caer, pero para el que la eurozona no dispone de suficientes recursos

La economía italiana depende principalmente de la producción de bienes de consumo de alta gama que corre a cargo de pequeñas y medianas empresas familiares. Estas intensivas industrias encuentran que los productos de alta calidad se están sustituyendo por productos de menor calidad y precio fabricados por trabajadores chinos en el país asiático y en la propia Italia.

Esta competencia no sólo viene de la lejana Asia. Muchos de los productos que hasta ahora habían sido elaborados por artesanos de Italia son fabricados ahora en Italia por colonias de inmigrantes chinos que cobran un salario que los italianos no están dispuestos a igualar.

Grecia, Portugal, Irlanda y España están pagando primas de entre el 5% y 7% frente a los bonos alemanes a 10 años. Italia, que recientemente pagó una prima de sólo el 1,7%, podría ser el próximo en el punto de mira de los inversores, a menos que su economía crezca a una tasa del 1 por ciento. Su deuda equivale al 130% del Producto Interior Bruto (US$ 1,8 billón), un cuarto de todo el endeudamiento de la eurozona.

Si se compara esto dato con los otros países rescatados, el panorama es aún peor: los más de US$ 2 billones para pagar por Italia son cinco veces más de la deuda de Grecia. Portugal tuvo que ser rescatado con una deuda total equivalente al 85% del PIB.

La crisis política es la otra variable que pone más nerviosos a los inversores.

Silvio Berlusconi lleva dos días en silencio, mudo. Tras un viernes negro en la Bolsa de Milán, con una caída de 3,5%, el Primer ministro ha evitado comentar durante el fin de semana la penúltima mala noticia: la sentencia que condenó a Fininvest, su empresa madre, a indemnizar con 560 millones de euros a CIR, la compañía de su competidor histórico, Carlo de Benedetti.

Los jueces del Tribunal de Apelación de lo civil han dicho que Berlusconi fue responsable y primer beneficiario del soborno del juez Vittorio Metta, que decidió a favor de Fininvest el largo litigio conocido como Laudo Mondadori en 1991.

La decisión certifica 20 años después que Berlusconi (quien se escapó de ser condenado penalmente en su día sólo por la prescripción del delito) construyó su imperio editorial gracias a que compró a un juez.

Esta nueva piedra para la credibilidad del Primer ministro llega en el peor momento posible para Italia. Arroja más leña al fuego junto con otros escándalos de corrupción, insultos entre ministros y una creciente fragilidad política.

El temor al castigo de los mercados es palpable. el domingo, el regulador de la Bolsa, la CONSOB, se anticipó a un lunes más negro. Instauró un mecanismo de estricto control sobre la llamada "venta al descubierto" para intentar evitar que en la reapertura de la Bolsa de Milán pueda repetirse la crítica sesión del pasado viernes.

En un comunicado divulgado al término de una reunión extraordinaria, la CONSOB ha informado de que esta medida, que va en la línea de la que tienen algunos países europeos como Alemania, será efectiva ya a partir del lunes y se prolongará en un principio hasta el 9 de septiembre.

De poco sirvió. La bolsa de Milán perdió el lunes 3,96% envuelta en mucho nerviosismo.

El economista Giacomo Vaciago explicó: "Si prevés medidas contra la especulación es porque crees que la habrá. Así que el viernes negro no se debe atribuir ya a un incidente político, sino a una opinión permanente, lo que hace pensar: "estamos realmente mal".

Mientras tanto, para confirmar que la economía real está peor que nunca, una encuesta señalaba que solo uno de cada cinco italianos saldrá de vacaciones este año. En 2010, salió uno de cada dos.

La pregunta que se hacen cuantos ven con pánico esta mezcla endemoniada de irresponsabilidad política y debilidad económica es si Italia es, en este momento, demasiado grande para caer o demasiado corrupta para sobrevivir. La respuesta, en un país que sigue siendo la séptima potencia mundial y el segundo exportador europeo, no parece tenerla clara ni siquiera la oposición.

Su líder, Pierluigi Bersani, ha recordado este domingo que la sentencia del caso Mondadori es otra mala noticia para un país que, tras 20 años de berlusconismo y diez de Ejecutivos dirigidos por el magnate milanés, ha perdido casi toda su fiabilidad internacional.

La herramienta que más a mano tiene Italia para frenar la embestida de los mercados es el anunciado ajuste fiscal de €47 mil millones hasta 2014. En manos del Congreso está la señal que puede dar el país en los próximos días.  

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