martes, 5 de julio de 2011

¿Sarkozy, detrás del caso Strauss Kahn?

05-07-11 | POLÍTICA

¿Sarkozy, detrás 

del caso Strauss Kahn?

Es la pregunta que se formulan los analistas en Francia y la sospecha que alientan los partidarios del ex titular del FMI. Fortalecida la teoría del complot por el vuelco del caso, falta encontrar a los autores
Crédito foto: AFP


La hipótesis circuló desde el primer momento. Apenas estalló el escándalo, muchos referentes de la política francesa adhirieron a la idea de que a Dominique Strauss Kahn (DSK) alguien le había tendido una trampa. Él mismo había advertido a sus colaboradores, quince días antes de su arresto en Nueva York por una denuncia de intento de violación, de que se sentía espiado, y hasta mencionó al ministro del Interior, Claude Guéant.

Ahora, y luego de que las revelaciones sobre la denunciante, Nafissatou Diallo, llevaron al juez de la causa a liberar bajo palabra a DSK por estar muy cuestionada la credibilidad de la acusación, vuelve con fuerza la hipótesis del complot, las miradas se vuelven hacia la presidencia francesa y se concentran, en particular, en los vínculos del primer mandatario galo, Nicolas Sarkozy, con la policía de Nueva York (NYPD).

En medio del escándalo, el 30 de mayo pasado, Leonard Levitt, periodista especializado en temas policiales de Nueva York, publicaba en el Huffington Post un artículo en el que recordaba que el jefe de la NYPD, "Raymond Kelly, y su esposa Verónica" habían viajado "a Francia con más frecuencia de lo que la mayoría de la gente cree". El motivo sería que la sede de Interpol, la policía internacional, está en la ciudad francesa de Lyon, y que Kelly está implicado en la lucha antiterrorista. Levitt informaba, también, que en el año 2006 el jefe policial había recibido la Legión de Honor en el consulado francés de Nueva York de manos de Nicolas Sarkozy, entonces ministro del Interior.

"A lo largo de los años, la relación aparentemente prosperó", escribió Levitt, quien también señalaba que el jefe de la policía neoyorquina se había mostrado extrañamente tolerante con las filtraciones de información a la prensa sobre el caso DSK. Interpelado por la prensa al respecto, Kelly se limitó a decir: "Espero que no sea cierto". En contraste, recuerda Levitt, en otro caso similar en el que también se produjeron fugas de datos, Kelly no paró hasta identificar a los autores esas, mediante interrogatorios y rastreo de llamadas telefónicas. 

Lo sorprendente fue también el silencio de los medios franceses sobre estas revelaciones del Huffington Post; sólo la revista Le Nouvel Observateur se hizo eco de las informaciones que apuntaban a lazos cercanos entre el presidente Sarkozy y Kelly.

¿Hay otro caso dentro del caso DSK? ¿El de un Gobierno interesado en sacar del medio al candidato mejor posicionado para robarle a Nicolas Sarkozy la posiblidad de pelear un segundo mandato? Las últimas encuestas señalan un preocupante ascenso del Frente Nacional, una fuerza de extrema derecha xenófoba. Más aún, su candidata,Marine Le Pen, con 23% de intención de votos, supera al propio presidente que sólo tiene 21%. Pero, antes del escándalo por supuesto intento de violación, de haber sidoDominique Strauss Kahn el candidato presidencial por el Partido Socialista, hubiera relegado a Sarkozy a un tercer lugar, excluyéndolo del ballottage.

Muchos en el entorno del ex titular del Fondo ya dicen en voz alta lo que antes sólo se atrevían a insinuar en privado. El diputado François Loncle, por ejemplo, afirmó: "Las cosas no están del todo claras en el comportamiento de los dueños del Sofitel y del grupo Accor [propietario del hotel] y puede haber habido conexiones entre Accor y ciertas oficinas francesas antes o después del caso". A continuación, mencionó directamente a Bernard Squarcini, jefe de la DCRI (Dirección Central de Información Interior) y cercano al jefe de Estado. "¿A quién llamaron los del Sofitel en París? Al patrón de los servicios".

Michéle Sabban, vicepresidente del Consejo Regional de Ile-de-France [París y su región], habló de "atentado político" y "manipulación". "El comisario de policía de Nueva York fue condecorado con la Legión de Honor por Nicolas Sarkozy. ¿Cómo un comisario no avisa a sus superiores que una personalidad internacional está aparentemente acusada de un hecho grave?", preguntó.

Como era de esperarse, el ministro del Interior, Claude Guéant, desmintió estas "odiosas acusaciones". Y lo mismo hicieron el grupo Accor y el jefe de Inteligencia, Squarcini. 

Queda por saber si la presidencia francesa fue advertida de la denuncia contra DSK antes de que el hotel llamara a la Policía. Guéant dijo que fue informado de la situación "en la medianoche del sábado al domingo, un poco después de las 00:30 (hora de París)" por el jefe de su gabinete, "informado a su vez por el coordinador nacional de Información", Ange Mancini. Pero ¿quién avisó a este último? Dijo Guéant: "De dónde Mancini obtuvo sus informaciones, no lo sé. Pero que el Sofitel haya avisado, me parece perfectamente normal. Que una gran cadena hotelera francesa informe a las autoridades del país lo sucedido -la detención de una personalidad mundial, de primer plano, de nacionalidad francesa- me parece algo absolutamente normal".

La cadena Europa 1 dijo que fue el jefe de seguridad del grupo Accor el que informó a Mancini y que lo hizo cuatro horas después de alertar a la policía de Nueva York.

En estos días, los amigos de Strauss Kahn también recuerdan que alguien del entorno presidencial prometió "fuego nuclear" contra el entonces director del Fondo si éste decidía presentarse a las elecciones. La amenaza habría sido pronunciada por Frédéric Lefebvre, vocero de la UMP, el partido de gobierno: "(DSK) no durará una semana.Tenemos fotos, ¡existen! Las haremos circular y eso no gustará a los franceses". Esta habría sido una referencia a un rumor insistente en los medios políticos de ese país: que DSK frecuentaba clubes de swingers y que los servicios habrían facilitado fotografías de esas visitas a la presidencia. La frase fue desmentida por Lefebvre, lógicamente.

Recientemente, el diario Le Monde reflotó versiones y hasta denuncias acerca de la afición de Sarkozy por coleccionar información sensible -léase íntima y privada- sobre sus adversarios políticos.

Finalmente, en lo que hace a los vínculos de Sarkozy con la policía de Nueva York, todo el mundo recuerda ahora un dato: las fotografías del presidente, a poco de asumir,haciendo jogging con una camiseta de la NYPD. Parece anecdótico, pero esimposible minimizar el impacto negativo que tuvo esa imagen entre los orgullosos franceses.

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